Nueva dimisión en la corporación de Burriana

Esta parece ser la legislatura de las renuncias al cargo. A pocos meses de las elecciones del pasado mes de mayo ya son cuatro las renuncias efectuadas, tres en el Partido Socialista de Burriana, Ramon Monferrer, Maria José Safont y ahora Andrei Griñó y una en CIBUR, María José Reig.
Las cuatro han tenido motivos bien distintos, Monferrer y Safont, por los resultados obtenidos y las diferencias internas en su grupo político, Maria José Reig por considerar que dada su situación familiar no podía desarrollar las tareas del cargo como a ella le gustaría y ahora, la cuarta, a tres meses escasos de la toma de posesión Andrei Griñó deja su acta de concejal por un fallo cometido al conducir y pillarle en un control de alcoholemia dando positivo y superando los parámetros establecidos por Ley.
En lo que llevamos de legislatura ya se han producido más renuncias que a lo largo de las anteriores legislaturas de la etapa democrática, dado que apenas ha habido renuncias al cargo que no fueran por abandono del Partido Popular en el caso de Mariola Aguilera o de cambio de partido en el de Mercedes Giménez o la sustitución de un concejal por fallecimiento de otro.
En cualquier caso y a pesar de lo que algunos anónimos lanzan en algunas plataformas, creo que las actuales renuncias al cargo honran a quienes las han llevado a cabo, aunque los motivos son bastante diferentes y en ninguna de ellas se ha tapado o maquillado los motivos.
Con la actual dimisión de Griñó y tras el análisis de la nota de prensa considero que se ha sido valiente al decir los motivos, sin tapujos, sin rodeos y con la verdad por delante; dio positivo en un control de alcoholemia, así de claro y así de contundente, sin decir que son motivos personales, incompatibilidades, etc. que hicieran elucubrar, con posterioridad a los lectores u oyentes.
Considero, a diferencia de lo que me decía un amigo de ser una medida excesiva que presente la dimisión, que su gesto le honra y a pesar de que creo que hubiera podido jugar un buen papel en la oposición, que es el rol que le correspondía en la actual legislatura, y que, a la vez, se hubiera podido curtir en las lides del mundo de la gestión municipal para en un futuro emprender nuevos vuelos sin que la política fuera un medio de vida, sino una vocación.
En fin, a tres meses del inicio de legislatura los cambios continúan en el consistorio burrianense, es como si después de un terremoto los pequeños seísmos van fijando el suelo y dando estabilidad a una zona o un lugar en el que se está sedimentando el futuro. Que así sea, pero me temo lo contrario.


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