Entradas

Mostrando entradas de julio, 2014

Welcome to Burriana, goodbye Arenal

Bienvenidos a Burriana, a esta que puede ser la última edición, en Burriana, de un festival que ha conseguido ser el que más espectadores por día y por metro cuadrado ha colocado del total de los festivales que se celebran a lo largo y ancho de la geografía española. Welcome, a una ciudad en la que unos cincuenta y cinco mil cuerpos, más que almas, disfrutarán, se supone, de la música que les gusta, la playa que han anhelado durante meses y a disfrutar de esa juventud que poseen y que, sin darse cuenta que es una cuestión pasajera, les durará lo que les dure su joven espíritu y su ansia de vivir y de disfrutar de esta ciudad cuyo nombre olvidarán pronto porque de todos ellos casi nadie va a ver más allá del Consum de la carretera del puerto o del Mercadona de la carretera del Grau. Hace unos días paseando por el puerto vi una serie de cosas que no me cuadraban y llegué a la conclusión de que este era el año de la despedida del festival de la ciudad que lo vió nacer. Pensado esto

Qué más quisiera yo que no hubieran noticias

Busco entre las noticias de la prensa algún tema, un poco polémico sobre el que hablar, y no encuentro nada que me atraiga lo suficiente como para que le dedique unas líneas y entonces pienso que me estoy volviendo insensible porque temas hay muchos, pero no me apetece hablar de nada de todo lo que encuentro. Y es que con los calores del verano, como le decía a una amiga, se derriten hasta las ideas o como dice un texto que leo por esas páginas del “face” que dice, más o menos, “soy un bombón y como haga más calor me convertiré en chocolate a la taza”, pues eso, que las ideas, las ganas o las malas ganas, o cualquier otra circunstancia parecida me conducen a no calentarme mucho la cabeza. En realidad es que no estoy demasiado motivado para hablar de nada, ni del Museu de la Taronja, que leo que se aproxima el final del principio para reabrirlo, que así sea; ni del antiguo IES   Llombai abandonado a la suerte de no sé quien; ni del antiguo ambulatorio, motivo de muchas fotos y n

Espero que no sea un farol

Leo estos días las quejas de diferentes colectivos, empresarios, comerciantes, cámaras de comercio, etc. quejarse sobre la discriminación que padece nuestra Comunitat en el sistema de reparto de los caudales del Estado y ello me viene ahora a reflexión debido a que ello no es nuevo, la situación viene llevándose a cabo un ejercicio presupuestario tras de otro y ello me hace que pensar no sé que, de no sé cuantas cosas y de no sé cuanta gente. No hacía falta ser un lince para darse cuenta de que esa marginación siempre ha existido y es que me da la sensación que los dirigentes de Madrid piensan que como somos el “Levante feliz” nosotros lo que tenemos que hacer es “ofrendar nuevas glorias a España” y mientras tanto nuestros dirigentes políticos “anclados”, desde va a hacer veinte años, en sus sillones aterciopelados, comen la sopa boba entre esos fastos que nos han traído a estos barrizales de miseria y penuria económica, laboral y social. No había que ser un lumbreras para ver

Lucecitas de colores en posición vertical

Algunas veces he hecho referencia a él en alguno de esos pensamientos míos que escribo en este blog y que algunos leen. En alguna ocasión me he referido a su inutilidad y al gasto que supuesto su instalación, que por cierto me gustaría saber   cuanto ha costado para saber cuanto dinero hemos, o mejor dicho han, tirado a la basura. En varios momentos le he hecho alusión por el escaso servicio que hace a la sociedad, como no sea para anunciarle que entra o sale de nuestra ciudad, es decir, Burriana. Con lo anteriormente dicho, me estoy refiriendo al semáforo del Camí d’Onda, ese que en teoría debería regular el tráfico a las entradas y salidas de los colegios que hay en el Paseo San Juan Bosco y es que para esos momentos tienen que ponerlo en intermitencia porque el follón que se armaba era espectacular y es, también entonces, cuando destinan a dos o tres policías municipales a que dirijan el cotarro. Pasada la media hora matinal y vespertina, que dura la entrada y la salida de l