Elecciones generales, más de lo mismo

Ya tenemos una nueva cita electoral para después del verano y este anuncio nos pilla en plena vorágine veraniega en donde las grandes noticias siempre son menos de lo que son y los grandes acontecimientos se diluyen entre la apatía general del personal que pensamos  más en como divertirnos, como pasarlo bien, a donde ir de vacaciones o como llegar a fin de mes, que también los hay.

Y todo parece ser que con la convocatoria se van a acabar los problemas y la grave situación general, la famosa crisis y la falta de trabajo que, valga la redundancia, tanta falta hace el trabajo.

Todo parece indicar que el próximo mes de noviembre vamos a perder de vista al presidente Zapatero, pero Rajoy y Rubalcaba las dos “R” que competirán para sentarse en la Moncloa, ¿nos ilusionan?.

Nuevamente se nos va a plantear la cuestión, aunque esta vez el ámbito supera las expectativas locales y autonómica, en donde podemos conocer, un poco más, a los personajes del día a día, estas, las nacionales, son las elecciones ideológicas por excelencia, pero vistas las encuestas, en donde ninguno de los dos políticos llega al aprobado, volveremos a elegir a dos profesionales y expertos en la política, porque ninguno de ellos supone renovación, como mucho algún cambio, pero nada más, digo que tenemos que seleccionar, nuevamente, al que cada uno considere menos malo y ese es el problema.

Con una crisis a la cual no se le termina de ver la salida, con un gobierno finiquitado, con una oposición que nunca ha presentado propuestas y con un horizonte nada esperanzador para la clase media-trabajadora, nos adentramos en un periodo en el que unos dirán lo mal que lo han hecho los otros y los otros dirán que no hay proyecto con los unos pero al final de la historia los que pagamos los platos rotos de los unos y de los otros, somos los mismos y hablando de los mismos ¿Qué pasará después de las elecciones? La respuesta es clara, gane quien gane, más de lo mismo y si no, al tiempo.