Ya estoy de vuelta

Después de un largo e intenso fin de semana, ya estoy de vuelta, que no es lo mismo estar devuelta y mucho menos de vuelta y media.
Estoy de vuelta después de cuatro días de festival, de tres días de Semana del Mar del Club Náutico y hoy, por fin he ido a mi huerto a cortar y quemar unas ramas de naranjo que al mismo tiempo que hago algo, me sirve de desengrasante después de unas jornadas llenas de música, pesca y pintura.
Hoy, he vuelto, igual que muchos otros a la vida normal, al sosiego cotidiano de una jornada tranquila en la que algunos, muchos, regresan a sus casas tras habitar en tienda de campaña por varios junto al mar, en condiciones más o menos saludables y disfrutando de aquello que les gusta, divertirse, cosa que muchos no saben hacer.
Tras la rentrée, todavía es pronto para hacer balance de lo que ha sido el Arenal Sound, el cual para unos ha sido bueno, para otros muy bueno, pero también los ha habido para los que ha sido malo o muy malo por el tema de las incomodidades producidas por la gran cantidad de personas que han venido a nuestra ciudad, molestias que se hubieran podido evitar si se hubiera organizado de otra manera y si algunos/as, hubieran estado más al tajo y menos luciendo palmito en la zona VIP.
Tras las primeras horas de resaca y ya sensiblemente recuperado el tono habitual, regreso al ordenador para escribir aquellas reflexiones en voz alta sobre lo que ha ocurrido este intenso fin de semana en el que las calles de Burriana, especialmente de la zona de la playa se han llenado de jóvenes cuerpos luciendo abdominales y figura; en donde ha reinado un poco la anarquía, cosa que de vez en cuando es bueno para compararlo con la rutina del día a día y en donde el mestizaje de personas ha puesto el nombre de Burriana en el mapa sin que haya tenido que ser por algo de carácter delictivo o que formara parte del apartado de sucesos.
Los análisis pormenorizados los hará la empresa organizadora y los responsables del Ayuntamiento los cuales nos harán creer o al menos lo intentarán que todo ha sido beneficioso, millones de euros para los establecimiento de Burriana, pero sin embargo el festival, fuera del recinto, se les ha escapado de las manos, el camping ha sido insuficiente para las entradas vendidas y regaladas y el parking ha sido insuficiente y mal organizado y por si fuera poco al menos durante cuatro días mucha gente no ha podido acudir a la playa por falta de aparcamiento.
Hace unos años, el festival Electrospllash murió, entre otras cosas de éxito y si bien es cierto la diferencia existente entre el poder de los organizadores es que en esta ocasión ha ocurrido lo mismo y mi deseo sería que el Arenal Soun no muriera de éxito y para ello se requiere organización, capacidad de reacción de las partes implicadas incluida la de aquellos/as que se dedican a aparentar lo que no son, buenos/as gestores/as de sus responsabilidades.


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