En breve, recomposición del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Burriana
Desde el último escrito de referencias municipales hasta este momento el Ayuntamiento ha tenido algunos movimientos y la crisis sufrida esta semana puede suponer varias cosas, por un lado lo que se podría denominar “la toma de la Bastilla” del poder a cargo del alcalde Monferrer y por otro lado “la crónica de una muerte anunciada” como diría Gabriel García Marquez.
Estos movimientos, cuando se aproxima la siguiente
consulta electoral, suelen ir produciéndose y no es nada nuevo. Motivos para la
ruptura los ha habido a lo largo de la legislatura en que, la formación
ultraderechista, ha dejado al equipo de gobierno con el culo al aire y han
hecho que el nombre de Burriana apareciera con carácter de mofa en muchos
medios periodísticos de España, teniendo que salvarle la situación, en algunos
casos, los miembros de la oposición a la que desde el gobierno han
menospreciado de forma continuada.
Digo pues, que esto de la rebaja de tasas en un 2% ha
sido algo así como la gota que ha desbordado el vaso o, tal vez, la excusa para
otros menesteres. Tras la crisis planteada, el reparto de las concejalías puede
quedar algo así como cultura para Alejandro Clausell, Policía para Mario
Trullen y urbanismo se lo quedará el propio alcalde para seguir con los
proyectos que hay en marcha y otros que puedan venir, eso si, con el apoyo
externo de expertos en urbanismo.
Quedaría pendiente el área que lleva la concejal, de la
formación ultraderechista, que no ha votado contra la reducción de las tasas a
las que el alcalde le ha dado la opción de continuar en el cargo y le ha dado
unos días para que se lo piense.
El pacto, llevado a cabo entre ambas formaciones, que ahora
ha concluido y que ha servido para que el exconcejal de cultura pusiera a parir
al alcalde y a todo su equipo este mismo viernes en algunos medios de
comunicación ha llenado de alegría a todos los sectores del Partido Popular,
aunque algunos consideran que es, lo que indicaba al principio del escrito, la
entrega de todo el poder político a la figura del alcalde, cosa que a algunos
tampoco les ha sentado bien.
Lo que queda por venir, año y medio de legislatura, será
un poco complicado de llevar. Con unos presupuestos sin aprobar, todavía, y la
dificultad que va a tener para sacarlos adelante va a poner de manifiesto el
talante dialogante y conciliador de lo que salga de la remodelación del equipo
de gobierno y, a buen seguro, es muy probable, si la concordia existe, que se
consigan más cosas a partir de ahora que lo obtenido hasta la fecha en la que
lo que más ha habido han sido fotografías.
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