Pequeños pueblos limpios, Versus, grandes ciudades sucias
Estos días he estado dando vueltas por diferentes pueblos de la provincia de Castellón acompañado por diferentes personas y varias de ellas llegaron a hacer un comentario que me hizo pensar, reflexionar, juzgar la situación y buscar los motivos que pueden producir la situación que comentaron.
La cosa va de
limpieza. Nos encontrábamos en Culla y uno de mis acompañantes dijo: ¿Por qué
vemos estos pueblos del interior tan limpios, tan bien cuidados y llegamos a
Castelló y está tan sucio? A lo que algunos respondimos y Burriana, Vila-real,
Almassora, etc.
Y es verdad. Los
pueblos de interior están muy limpios y, probablemente, pensé que era porque el
sentido, el pensar de comunidad, de pueblo, de unidad y otros muchos adjetivos
que te pueden llevar a tener un concepto de colectividad es mucho mayor que en
los pueblos y ciudades con muchos más habitantes.
En las poblaciones
referidas anteriormente viven muchos más habitantes pero no tienen el sentido
de unidad que hay en los pueblos pequeños. A pesar de ser varios miles de
habitantes el espíritu de soledad es mucho mayor entre sus habitantes. Incluso,
dentro de los pueblos grandes no es lo mismo vivir en una finca de pisos que en
una calle estrecha con viviendas unifamiliares, ahora se llaman adosados, en
donde, todavía salen algunos “a la fresqueta” por las noches. No, no es lo
mismo.
Pero tenían razón
ellos. Nuestras ciudades, las más grandes están sucias, en líneas generales,
con jardines deficientes y con unos montones de conteneros en cada esquina, con
“meadas y cagadas” caninas olvidadas por unos inconscientes ciudadanos que se
preocupan muy poco de los animales que llevan al otro lado de la correa y que
me hace pensar que con los hijos harán lo mismo.
Cuánta razón tenían
estos señores y cuanto abandono por parte de quienes nos dirigen desde los
sillones de los ayuntamiento de las ciudades más grandes a las que vemos con
buenos ojos pero malas vistas en las esquinas, en los jardines, en las aceras,
etc. a pesar de que los dirigentes de estos pequeños pueblos no perciben los
emolumentos que reciben los de los más poblados.
En fin, eso. Que si
viajas se te abren los ojos y a mí también me los ha abiertos al poder
comprobar, pueblo a pueblo la riqueza patrimonial que tiene cada uno de ellos
en particular y la provincia en general. Ello, me ha servido para corroborar
aquel señor que tuve de profesor en turismo y que decía que “la provincia de
Castellón debe difundirse como un parque temático”, no por las atracciones de
lo que llanamente se entiende por parque temático, sino por todas las
posibilidades que tiene.
Pues nada. A ver si
los responsables de las grandes ciudades de la provincia viajan al interior,
ven los pequeños pueblos y aprenden algo.
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