joan llido

Leo, porque así se ha publicado en algún medio de información, que la concejal del Partido Popular de Burriana Ana Montagut no formará parte de la candidatura que su formación política presentará a las elecciones municipales del próximo mes de mayo o que, al menos, no estará entre los puestos de salida. Entiendo también que, en aras de una presunta renovación, deje a partir de junio sus funciones como concejal de nuestro Magnífic y que se dedique a su vida particular tras veinte años con escaño en el hemiciclo local, dieciséis con delegaciones y los últimos cuatro en la oposición. Sin embargo, es una persona que saldrá del consistorio, a pesar de las cinco legislaturas como concejal, con una valoración favorable por parte de la mayoría de los ciudadanos que la han tratado y de los trabajadores municipales que han estado a su lado trabajando por la ciudad que a todos nos acoge. “La Montagut” como la hemos denominado cariñosamente muchos ciudadanos siempre ha sido la cara a

Ya las tenemos ahí. Se acercan. Están al llegar y, con ellas, llegan los momentos de las valoraciones, de los análisis de lo vivido, de lo acontecido y de lo realizado. En este tiempo, combinado con la reflexión de la Cuaresma y el recogimiento de la Semana Santa se acerca el momento culmen de la determinación final de elegir a quien me va a gobernar el próximo periodo de mi vida y, como no, también la de mis amigos y familiares. La elección no es baladí. Es muy importante y, por ello, no hay que dejar de lado la decisión de ir a meter, a través de un simple papel, nuestra forma de ser y de pensar. En él van parte de nuestros sentimientos de nuestra forma de ver la vida, la manera de sentir, cada uno, su pueblo o su ciudad; su comunidad autónoma; su país y en definitiva su mundo más o menos próximo o más o menos lejano. Para gustos colores y en este mundo actual en el que hay de todo lo que quieres y deseas y con la rapidez e inmediatez que solicitamos, tenemos, también un es

A veces, cuando lees algunas noticias y conoces, más o menos, la realidad de lo hablado y escuchado en el salón de plenos de nuestro Magnífic y, con posterioridad, lees lo que publican en los medios algunos representantes del pueblo que sientan sus reales posaderas en el hemiciclo municipal piensas, en este caso pienso yo, cuan manipuladores son quienes realizan algunas de esas manifestaciones. En el pasado pleno, celebrado apenas hace seis días, se presentó una moción, por parte del Partido Popular, para que se solicitara a la Generalitat Valenciana la instalación en Burriana de una SAMU, algo que todos los allí presentes, quienes vieron el pleno por internet y quienes conocen un poco el funcionamiento de los plenos sabíamos que se iba a aprobar por unanimidad. ¿Por qué? Sencillamente porque estamos en las fechas que estamos y porque sabíamos que la propuesta no era más que una solicitud más o menos formal que no incumbía ninguna responsabilidad coyuntural que no fuera la de

Vaya. Mira por donde. Ahora resulta que el Gobierno Central ha devuelto al Ayuntamiento de Burriana un edificio que nunca debió de abandonarse como fue el antiguo ambulatorio. Si. Ese que tras la construcción del ambulatorio situado en la carretera de Nules se abandonó para que desalmados y abandonados del patrimonio municipal dejaron cerrado y a manos de quienes quisieran o pudieran entrar. Después de cerrarlo, el Ayuntamiento pidió que se lo cedieran y el Ministerio de la época, en manos del mismo partido que gobernaba en el Ayuntamiento, el Partido Popular, dijo que lo cedía por cinco años prorrogable. Ante la ineficacia e inacción del consistorio pasaron los tiempos de cesión y de prorroga sin hacer nada. Tras la llegada del nuevo consistorio se estudió, nuevamente, la posibilidad de su utilización pero ante los plazos de cesión la corporación encabezada por Maria Josep Safont solicitó que se le cediera de forma definitiva el edificio para su uso, su reconstrucción y su r

Hoy, nos ha dejado Miguel Dols. Una persona integra, de esas que da gusto conocer en la vida. Un personaje sencillo, afable, cariñoso y del que me precio haber aprendido algunas cosas como, por ejemplo, el amor a su pueblo, la sinceridad con sus amigos y el interés por seguir en contacto con ellos llamándoles si hacía tiempo que no sabía nada de ellos. Le llamé para felicitarles las navidades y su voz y su reacción me decían que no se encontraba bien. Hacía tiempo que no se tomaba el vermout con sus amigos en el Club Ortega y eso era un síntoma nada bueno. No voy a hablar más de él, creo que quienes eran sus amigos lo conocieron bien porque era una de esas personas a las que valía la pena conocer por fuera y por dentro y por ello ya en el año 2012 le escribí un artículo con motivo de nombrarlo hijo predilecto de la ciudad, mérito que sin lugar a dudas se merecía porque uno de sus grandes amores, a parte de su familia, era Burriana y su visión de una ciudad con proyección.