El centro y el resto de Burriana lo necesitan, lo desean y lo estamos esperando.
Dicen que no hay mal que por bien no venga y, a veces así es. No siempre, pero a veces sí. Y digo esto a raíz de la última DANA que en Burriana causó algunos daños, especialmente en mobiliario público y patrimonio vegetal y particular. Y digo lo del mal y lo del bien por el hecho de que los vientos sufridos y el agua caída hicieron que el mítico ficus, existente en El Pla, padeciera la brusca amputación de gran parte de sus ramas, las cuales, cayeron sobre diferentes vehículos ocasionándoles numerosos daños. Tras la pertinente poda y adecuación del entorno, nos hemos dado cuenta, quienes vivimos en este lugar y quienes de forma más o menos habitual lo visitan por cualquier necesidad, que la luz ha entrado en El Pla y que el entorno, lejos de las innumerables hojas que cada día caían de sus ramas y de las “cagadas”, con perdón, de los miles de pajaritos que cada tarde anidaban entre sus grandes hojas que les servían de paraguas los días de lluvia, digo pues, que puede mantenerse...