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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Estar en dos sitios a la vez

  Ya lo sé, Rosa. Si ya lo sé, hace demasiados días que no escribo en el blog y es que estoy bastante mosqueado de muchas cosas, cansado de otras tantas, cabreado con ciertas situaciones que nos acechan y nos rodean, hastiado de Afganistán, el volcán, el prófugo de Bélgica y las chorradas de la princesa de Cibeles y a veces me planteo si vale la pena “hablar por hablar”. Pero bueno, aquí estoy un domingo por la mañana sentado ante el ordenador escribiendo unas letras para dar rienda suelta, muchas veces, a mis propias frustraciones que no son más que, en algunos casos, falta de consecuciones para mis poblaciones, mis gentes e, incluso, mi propias familia. Así es pues. Redacto unas líneas después de haber pasado una semana tranquila, relajado y tras un sábado de compartir paella y cervezas con una parte de esa familia a la que, todos, hace demasiado que no vemos por causas ajenas a la propia voluntad de cada uno de quienes fuimos comensales y de quienes no pudieron estarlo. Pero s

Bien poco cuesta un saludo, aunque sea por cortesía.

  Era un día cualquiera de una de las últimas semanas de esta mi vida y la tuya. Digo pues que ese día me levanto y al rato me encuentro con una persona que paseaba en medio de esa naturaleza que está a las afueras de cada uno de nuestros pueblos y ciudades. Disfrutaba, supongo, del buen tiempo, de la tranquilidad, del canto de los pocos pájaros que todavía se escuchan. El sol iba tomando altura y sobresaliendo por encima de los edificios que hay esparcidos por nuestros términos municipales y la primera brisa del día refrescaba el ambiente. Caminaba rápido. Iba acompañado de otra persona y su silueta aparecía y desaparecía tras cada uno de los troncos de los árboles que se entrecruzaban entre el y yo mismo. Le miré, me vió. Giró la cabeza y prosiguió su camino sin saludar o, al menos, gesticular con la cabeza. A mí me dio lo mismo. Me quedé con el saludo a medio hacer ante su impasividad visual y su, mala educación al no hacer gesto alguno. A mí me daba igual su saludo, la verdad

El próximo mes nuevo pleno y, seguramente, más patetismo.

  Estamos en fiestas, pero sin casi fiestas. Estamos en verano pero casi ya no nos queda y lo hemos vivido de la forma en que lo hemos vivido, pendientes del virus este, que nos acompaña desde hace casi dos años, y con la “psicosis” del precio de la luz. Nos han triplicado el precio de la luz y tan ofuscados estamos en esto, que no nos hemos dado cuenta que ha aumentado la gasolina, las patatas, la leche, la fruta y la verdura, así como la mayoría de los precios de los productos de primera necesidad que forman parte de la cesta de la compra. Y también los precios de los libros de texto. Menos mal que algunas familias han aprovechado “els bonos” que ha emitido el Magnífic Ajuntament de Burriana que les ha paliado en parte la cuesta de septiembre. Mira por dónde. Estamos ya acercándonos a la mitad de septiembre. Viviendo las casi fiestas. Escuchando lo del otoño caliente que creo que con el precio de la luz lo será menos porque gastaremos más la manta y menos la estufa eléctrica o la