El centro y el resto de Burriana lo necesitan, lo desean y lo estamos esperando.
Dicen que no hay mal que por bien no venga y, a veces así es. No siempre, pero a veces sí. Y digo esto a raíz de la última DANA que en Burriana causó algunos daños, especialmente en mobiliario público y patrimonio vegetal y particular. Y digo lo del mal y lo del bien por el hecho de que los vientos sufridos y el agua caída hicieron que el mítico ficus, existente en El Pla, padeciera la brusca amputación de gran parte de sus ramas, las cuales, cayeron sobre diferentes vehículos ocasionándoles numerosos daños.
Tras la pertinente
poda y adecuación del entorno, nos hemos dado cuenta, quienes vivimos en este
lugar y quienes de forma más o menos habitual lo visitan por cualquier
necesidad, que la luz ha entrado en El Pla y que el entorno, lejos de las
innumerables hojas que cada día caían de sus ramas y de las “cagadas”, con
perdón, de los miles de pajaritos que cada tarde anidaban entre sus grandes
hojas que les servían de paraguas los días de lluvia, digo pues, que puede
mantenerse más o menos limpio.
Ahora sólo falta que
se atrevan, nuestros responsables municipales, a tomar la decisión de cambiar
de lugar este inmenso árbol, dado que por la época en que estamos y la
situación actual del mismo, por adentrarnos en periodo invernal, reúne las características
idóneas para ello y, de esa forma, dejar preparada la zona para esa tan
necesaria remodelación que requiere el centro neurálgico de esta ciudad que nos
acoge y, con ello, revitalizar una zona que requiere de una fuerte, potente y
necesaria reordenación, cosa que todos saben y nadie se atreve a ella.
En fin, fue una pena
que la DANA hiciera lo que hizo, pero de las desgracias hay que aprovechar las
oportunidades y esta es una de ellas, el centro y el resto de Burriana lo
necesitan, lo desean y lo estamos esperando.
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