Me gustaría tener una alegría


Oigo, veo, leo y escucho algunas informaciones de algunos comentaristas que, como casi siempre, son intencionadas o malintencionadas; o producto, casi seguro que es esto, del desconocimiento real de algunas cosas que, aún sin saber la realidad, se atreven a hablar de ello en beneficio de alguien y en detrimento de algún que otro.

Hay opinantes que largan si conocimiento o mejor dicho con el conocimiento total de su desconocimiento causal y no casual de algunas cuestiones que suceden en nuestra población y que, aún a sabiendas que hay muchas cosas pendientes, requieren de una reforma, mejora o cambio de situación además de una mano de pintura para ciertos temas que llevan enquistados muchos lustros y que les hubiera gustado que resolvieran en estos cuatro últimos años de tripartito gobernante y tripartito opositor. A mí también.

Pero tras cuatro años sin haber presentado una propuesta los mismos candidatos opositores se aprestan a acusar al equipo de gobierno de todos los males acaecidos en esta población durante los cuatro últimos lustros o las dos últimas décadas, como lo desee, que han estado gobernadas por la misma bancada que ahora lo encuentra todo mal, lo que se ha hecho y lo que ellos dejaron de hacer.

A quienes nos han gobernado los últimos cuatro años lo único que les achaco es que hubieran podido hacer más a diferencia de anteriores legislaturas que no pudieron hacer menos. Faltaba más. De lo contrario deberían devolver los sueldos que cobraron. Hubieran podido ser más decididos y apostar más por el futuro con más decisión y riesgos pero, a pesar de todo ello, no lo han hecho mal. No han despilfarrado; han trabajado con tanta cautela económica que han reducido la deuda que se encontraron en un cincuenta por ciento y no se les ha visto ni un asomo de sospecha de meter la mano en la caja.

Ahora vamos de cara a unas elecciones municipales y, de momento, los principales partidos repiten candidatos. Y “los otros” como la película andan deshojando la margarita de si hacemos coalición; me presento con estas u otras siglas; o si presentan o no candidatura con unos, con otros o, tal vez, mejor sólo que mal acompañado.

Servidor, a quienes se presenten a las elecciones les pediría visión de futuro, algo muy escaso en nuestro hemiciclo municipal; les demandaría plazos para una legislatura decisiva y determinante para esta ciudad que ha vivido demasiado de su pasado y que todo lo convierte en humo cada diecinueve de marzo; solicitaría que cumplieran sus programas y que, pasado el ecuador de su legislatura, si ven que no cumplen dejen de calentar esa silla sobre la que asientan sus reales posaderas.

Todavía hablaremos mucho de las elecciones locales de aquí hasta llegar a dos jornadas antes de mi cumple en el que emitiremos, de forma individual, nuestro voto y para el veintiocho me gustaría tener una alegría.

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