Martes deportivo

Hoy me apetece hablar de deportes, justo en un día en que abundan las malas noticias en lugar de las buenas que son las que a todos nos gustaría comentar y de las que hablar, pero el fallecimiento del motorista italiano, Marco Simoncelli, ha eclipsado, por desgracia el resto de noticias, incluida la derrota de un Vila-real frente a un Levante que se apunta en esta temporada, de la que ha transcurrido sólo una cuarta parte de la misma, como líder indiscutible de la tabla y por delante de los poderosos de la tierra del futbol, es decir, reyes del césped cuyo presupuesto de mantenimiento de algunos campos supera, probablemente, el presupuesto de este modesto club del “cap i casal”.

Me atrevo, de forma osada a hablar de deportes y a hacer una revisión, a vuela pluma, del mundo del deporte después que el pasado sábado tuviera lugar una nueva edición, y ya van siete, de la carrera de 10.000 metros de Burriana con no mucha participación, no llegaron a cuatrocientos, críticas a la organización y la ausencia del respaldo institucional que una prueba de estas características requiere para difundir el buen nombre de la ciudad que los organiza.

Pero ello no es más que la muestra, por un lado, de la buena voluntad de los organizadores y, por otro, la casi nula gestión de una concejalía carente de capacidad de reorganizar una parcela, la deportiva, sumida en el descontrol más absoluto desde hace muchos años a pesar de la colaboración y participación de centenares de personas que aportan su granito de arena para que, al menos, haya actividad deportiva en nuestra ciudad.

Una prueba de estas características requiere de mayor apoyo, como lo requiere el basquet, el atletismo, el futbol o cualquier otro deporte en el que cada día entrenan centenares de jóvenes burrianenses y en los que los fines de semana compiten en sus respectivos equipos difundiendo el nombre de la ciudad de la que presumen en su camiseta.

Como casi siempre ocurre, la falta de planteamientos claros en la gestión hace que algunas parcelas de la vida cotidiana de Burriana, vayan quedándose por el camino debido a que a “la casta dominante” le interesan bien poco algunos temas que dinamizan la vida de una ciudad a la que le sobran muchas posibilidades y que carece de quien sepa desarrollarlas, organizarlas y ponerlas en valor para beneficio de todos los residentes y de cuantos visitan.