A la busqueda de nuevo hospedaje

Hoy, esta mañana, bien temprano, los servicios de mantenimiento de parques y jardines del Magnífico, ayudados por los efectivos de la policía local que dirigían el tráfico en la zona han iniciado los trabajos de poda del conocido ficus situado en el Pla y con ellos iniciaban las labores de “esquilado” de este emblemático árbol que sin ser el de Guernica es muy vistoso por sus dimensiones y ubicación.

El árbol en cuestión, cuya edad aproximada se sitúa entre los cincuenta y los sesenta años, sirve para señalarnos el momento en que se acerca el otoño y la proximidad de la primavera, dado que existen dos señales inequívocas del cambio de estación y esta señal no es otra que la llegada y la partida de miles de estorninos que durante el otoño y el invierno residen entre sus hojas y que desparecen con la llegada del buen tiempo, allá por las fallas de San José.

Digo pues, que esté vistoso árbol, ubicado en pleno corazón de Burriana, esta tarde asistirá a un hecho que, cada vez que lo podan, ocurre en su seno, la búsqueda incansable de una posada en la que los referidos estornino puedan pernoctar, dado que la cantidad de ramas que se han cortado durante la mañana impedirá que gran parte de sus, hasta hoy, residentes tengan que buscar hospedaje en otros lugares al reducirse de forma drástica la capacidad hotelera del mismo.

Esta tarde centenares de estas aves, se posarán sobre las antenas de los edificios de alrededor del Pla para ojear desde ellas la posibilidad de pernoctar en el “Hotel Ficus” que hasta ahora les daba cobijo y durante mucho rato mirarán y buscarán, con detenimiento, un nuevo lugar para reposar durante unas horas y fijar su nueva residencia para el resto de temporada invernal y que al tiempo sea lo más acogedora posible.

Por el contrario los usuarios de las plazas de aparcamiento situados a la sombra del citado árbol durante el atardecer y especialmente quienes lo utilizan durante la noche, agradecerán su poda, dado que al reducirse la superficie del ejemplar los pájaros serán menos, el espacio ensuciado con sus defecaciones será también menor y por consiguiente los vehículos amanecerán limpios de los restos nocturnos de los inquilinos de El Pla y la procesión del patrono de la ciudad, Sant Blai, y los desfiles de las falleras no correrán peligro de que alguno de sus integrantes vea manchados sus pulcros trajes al pasar por las proximidades del mismo.

Por cierto, por esto y por otras cosas que pueden ocurrir en el transcurso de esta jornada, hoy puede ser un gran día o al menos importante para algunos. Suerte.