Hay gente muy guarra
Los hay que son guarros y algunos que son guarrísimos, llegando hasta el extremo de ser más que guarrísimos, aunque, afortunadamente, no todos son así. Me estoy refiriendo a esos grupos de personas que utilizan las vías públicas para relajarse, divertirse y otras cosas y cuando finaliza su asueto, dejan el espacio utilizado hecho unos zorros. Desde hace unos días, frente a mi casa, situada en la zona de la Serratella , una padre y sus hijos, a veces acompañados de otros padres y otros hijos, pudiendo llegar a ser unas diez personas, llegan con el atardecer y con sus vehículos descargan a los niños, la mesita plegable, las cañas de pescar y la bolsa nevera. Llegan y cuando llegan, mi perro se vuelve loco por lo que gritan y él, mi perro, les ladra. Acto seguido reparten sus cañas por el muro de contención y, entonces, llega la tensa espera para conseguir la presa deseada que se resiste a llegar, según me cuenta un vecino aficionado también a la pesca, que no pertenece a esa saga de...