He sobrevivido al apagón (segundo títular)

 

Suena en mi ordenador la canción “el hombre del piano” en la versión de Ana Belén. Excelente, creo que maravillosa y de una altura similar a la de su autor original, Billy Joel. La escucho imaginándome ese lugar oscuro de un pequeño escenario con un ambiente cargado de humo y lleno de gentes, medio borrachas o borrachas enteras mientras el pianista golpea con fuerza las teclas de ese maravilloso instrumento que es el piano.

Bien. Rosa, digo esto para introducirme en unas palabras que vienen a significar que llevo dos días, dos jornadas enteras sin ver la televisión y me percato que he sobrevivido a ello de la mejor manera y es que, tras el apagón del lunes, el hotel en el que me he alojado ha visto como su aparato de recepción de las señales televisivas se ha averiado. No me lo creo, pero he sobrevivido a ello y me entero de lo sucedido gracias a la prensa digital o a las comunicaciones de las redes que yo considero fiables.

Y, es que, lo del lunes, el apagón, me ha venido a corroborar la debilidad de nuestro sistema y que es tan vulnerable el sistema eléctrico, como el económico, como el sanitario y cualquier sector al que nos queramos referir y que de una manera u otra tenga cierta influencia en nuestras vidas colectivas.

Me ha venido bien para olvidarme de las imbecilidades de ese rubio platino que gobierna al otro lado del Atlántico y del calvo que está allá donde, en su día, eliminamos el telón de acero. Ignoré los petardos que tiran sobre o desde Ucrania pero no pude olvidarme del genocidio que está ejecutando ese “mentecato” que repite la historia que padeció su pueblo en los hornos de la Alemania nazi.

Sigo escuchando música en mi ordenador, he seleccionado una serie de música que me gusta o me ha gustado a lo largo de mis muchos días de existencia y suena una melodía que se llama “Basta ya de tanta tontería” de Amistades Peligrosas y es que la verdad ya basta de tanta tontería como la que estamos viviendo, de un lado y del otro y es que siempre hay dos bandos y no son siempre los buenos y los malos porque, de vez en cuando, son todos malos, aunque no todos son iguales, ni buenos ni malos.

Continúo escribiendo y suena la canción “te pido perdón” interpretada por Antonio Orozco y Malú, la verdad, otra joya de la música y es lo que deberían pedir algunos que actúan de forma deliberada contra aquellos que vivimos el día a día con preocupación y ansiedad constante por todo lo que vemos y, en ocasiones, sufrimos.

Tras pedir perdón y devolvernos la vida llega el gran Alejandro “Magno” diciéndome que tengo el “corazón Partío” y la verdad es que si, me lo parten esas dos personitas que ya forman parte de mi vida.

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