Los ciudadanos se encabritarán ante las leyes y ante quienes las aplican
La razón, no el periódico, ni el motivo, ni la facultad de discurrir, ni su relación con la justicia, no. La razón como raciocinio, aplicación de una cierta lógica, simple, sin grandes leyes que la dobleguen, y como una propiedad más de un ciudadano de la calle que piense un poquito, creo que está faltando en una sociedad como la nuestra en la que un sinfín de normas, también llamadas Leyes y que, dicen, que aplican unos señores llamados jueces y abogados, hace falta, y mucho, en nuestra sociedad.
Escuchamos una serie
de sentencias, de quienes dicen impartir justicia, que claman al cielo. Leemos
edictos ininteligibles para el mortal de los humanos que no entiende de leyes,
que no sabemos si son para ir o para venir y, lo más grave de todo, que todas
esas leyes, normas y jueces que dictan todos esos veredictos, sólo protegen a
los delincuentes, a los asesinos y a los prevaricadores de cada uno de los
casos que suelen juzgar.
“Pleitos tengas y los
ganes” dice un refrán popular, yo ni quiero pleitos ni quiero verme en ellos,
aunque sea para ganarlos.
Lo que decía al
respecto de la razón, versión raciocinio, es una propiedad en la que, de forma
normal, aplica todo aquel que tiene un problema y que no tiene exceso de
conocimientos de leyes. Lo demás ya no es razón, son otras cosas.
Las leyes, según
dicen, están para ayudarnos, y según decía mi amigo Paco nos hacen iguales a
todos, otra cosa es la aplicación de estas leyes por parte de los jueces, dado
que una misma situación un juez condena y otro deja impune. Y si no se lo creen
analicen las sentencias de los horarios restrictivos en esta pandemia. La misma
situación pandémica aquí no ha tenido la misma sentencia que en otro lugar y en
unos lugares han podido aplicar el toque de queda y en otros no.
Hubo quién pensó en
voz alta que la justicia era un cachondeo y fue llevado ante la propia
justicia, sin embargo, considero que se quedó lejos de lo que en realidad es y
es que mientras no defienda al ciudadano de la calle y no al delincuente no
será nunca justicia y si, además, es lenta, apaga y vámonos.
Ejemplos hay muchos y
nos los voy a enumerar, pero la verdad o esto cambia o no sé el tiempo que
podremos aguantar antes de que los ciudadanos se encabriten ante las leyes y
ante quienes las aplican.
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