Estamos en mayo y vamos hacia esa nueva realidad.

 Este año nos han devuelto el mes de abril que el pasado año nos robó la pandemia. Nos lo ha devuelto pero a medias. Con menos restricciones que el confinamiento total al que estuvimos sometidos. Hemos tenido un mes de abril, podríamos llamarlo aperturista, abierto hacia la nueva realidad más que a la nueva normalidad como suelen llamarla algunos.

Si. Nos hemos reencontrado con el mes de abril, sin embargo, ya es pasado. Un pasado que ha dejado la puerta abierta al mayo florido; al mes de las flores, a la antesala del buen tiempo y de ese verano que esperamos tenga, aunque sólo sea, un poco de normalidad dentro de la realidad que nos está tocando vivir y que confiamos en poderla disfrutar.

Atrás ha quedado un año “horribilis”. Un tiempo de sacrificio, dolor y demasiadas muertes y que, por desgracia, aún no ha finalizado. Todavía no podemos bajar la guardia ante ese enemigo de la vida, de los abrazos, de los besos y de la movilidad.

Los toques de queda, las sonrisas ocultas y de los rostros confusos han hecho que se queden muchos besos por dar, demasiados abrazos que compartir y un exceso de movilidad constreñida que nos ha convertido en un poco más individualistas al tener el miedo a compartir todo lo que era normalidad.

Afrontamos, a partir de ahora y si nada o casi nada se tuerce, un futuro cada vez más cortoplacistas que casi se convierte en presente. Emprendemos un camino incierto que debemos cuidar con la precaución debida y duda efímera y observamos los vaivenes de una sociedad cada vez más incierta, acrítica y falta de muchos de los valores que la forjaron.

Da la sensación que los microchips son la razón, los rumores la verdad, la electromecánica el conocimiento y las redes un pozo de ciencia y de conocimiento. Parece ser que se ha olvidado el contacto humano y personal como transmisión de saber y de ciencia y se ha dejado de lado la palabra como vía de responsabilidad personal en favor de otros supuestos valores que sólo son eso. Supuestos.

En fin. Eso que ya estamos en mayo y que vamos hacia esa nueva realidad.

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