Ni los más optimistas
Ni
los más optimistas se esperaban el resultado obtenido en las elecciones
municipales que se celebraron el pasado domingo y que arrojaron que el Partido
Socialista de Burriana y su candidatura obtuvieran el resultado que obtuvieron.
Ni los más optimistas se hubieran creído, si se lo hubieran dicho con
antelación, que María Josep Safont iba a rozar la mayoría absoluta y ser la
candidatura más votada de la localidad, con ese margen obtenido.
Muchos
gurús de la encuestas, nuevamente, han fracasado al vaticinar los resultados
obtenidos. Ni yo mismo, que también tenía mi porra particular, acerté en el
reparto de sillones consistoriales de esta ciudad que nos acoge y que se
enfrenta, sin lugar a dudas, a una legislatura trepidante para la cual ya hay
trazadas unas líneas directrices que le pueden marcar su desarrollo para los
próximos “futuros” y digo “futuros” porque en ese futuro único que se le acerca
están las claves de su desarrollo como “cosmopolita” casco histórico y como
desarrollo de enclaves nuevos y de nuevos sistemas de vida.
10
– 6 – 2 – 2 – 1, cual si de una combinación de Euromillón se tratara, son los
números de butacas que ocuparán en el hemiciclo municipal, respectivamente, el
Partido Socialista, Partido Popular, Compromís, Vox y Ciudadanos. Son las cinco
formaciones políticas, una menos que en la legislatura que ahora termina, y
cuyas elecciones han supuesto que dos formaciones desaparecieran y que una
nueva se integrara al lugar en el que se deberían solucionar los problemas de
los ciudadanos y que en algunas ocasiones ha parecido lo contrario.
De
los resultados nada que objetar, para bien o para mal es lo que hemos querido nuestros
convecinos. Del escrutinio final sólo decir que los ciudadanos hemos analizado,
mirado a nuestro alrededor, observado lo dicho en el salón de plenos y
analizado la forma en que se han dicho las cosas y, al final, hemos
reflexionado, no sé si el sábado o el mismo domingo, y optado por la moderación,
el talante, la conciliación, el sosiego, la tranquilidad y el hacer con
serenidad mirando el beneficio de Burriana.
Sé
que algunos, por amistad, connivencia, complicidad, confianza y otras cuestiones
hemos exigido, durante la legislatura que termina, a Maria Josep Safont un poco
más. Pienso que otros, por los mismos o parecidos motivos, a veces, le
apretamos las tuercas y nos gustaría que se llegara un pedacito más allá y es
que quienes somos inconformistas con nosotros mismos, también lo somos con los
demás.
De
la desaparición de dos formaciones del hemiciclo municipal analizo que una,
moda pasajera, había terminado su ciclo y que la otra, un proyecto muy
personalista, había sido amortizada hacía mucho tiempo y que ese personalismo
no había sido capaz de integrarse en otras formaciones similares, tal y como ha
ocurrido en alguna población vecina y tampoco, ni ella ni su alrededor, han
sabido darse cuenta de su fin de etapa.
En
fin, eso. Que termina una legislatura y va a empezar otra, como siempre ocurre
y no me cabe mejor deseo que el equipo de gobierno tenga muchos aciertos. Sus
aciertos serán los de Burriana y sus alegrías serán las nuestras o al menos las
de quienes nos alegramos del resultado obtenido que no es más que la alegría de
todos los demócratas.
Suerte Sra. Safont
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