Esperanza de color
Estamos a una semana del inicio de la campaña electoral para las
elecciones locales y europeas; a tres semanas del día “D” y a poco más de un
mes de conocer la composición íntegra del hemiciclo de nuestro “Magnífic” y con
ello quien gobernará esta ciudad nuestra en la que muchos tenemos depositadas
ilusiones, esperanzas y anhelos de que, por fin, salga de la situación en que
se encuentra y afronte su futuro sin complejos.
Tengo en mis manos y en mi ordenador los papeles y ficheros
en donde se encuentran escritos los nombres de los integrantes de las diez
candidaturas que optan por hacerse con un sillón y con la alcaldía de Burriana.
Tengo que decir que los he leído y que algunos sé quiénes son y otros me suena
su nombre pero no tengo el gusto de haber intimado con ellos.
Pues bien, tras leer la composición de las listas he llegado
a la conclusión de que va a ser una legislatura muy gris y que, salvo Sant
Gregori si se consuma su realización, pocos logros más vamos a tener.
Es muy posible que algunos se hagan la pregunta del por qué y
cómo he llegado a esta conclusión y la contestación es muy fácil. De las diez
listas que se presentan a la contienda, seis tienen representación municipal y,
por tanto, a lo largo de esta legislatura ya han demostrado lo que pueden
hacer, desde la oposición y desde el gobierno y la verdad es que me han
demostrado bien poco. De las cuatro restantes poco puedo esperar y la verdad de
alguna de ellas mejor ni hablar dados los mensajes que nos transmiten y su
espíritu más que destructivo.
Hace años, con motivo de las elecciones de 2007 y con el
nombramiento del alcalde del momento escribí un artículo al que titulé “presunta
legislatura perdida” posteriormente lo perdí entre la maraña de cosas que
recopilo y guardo y de entre lo que escribo y no publico, pero la verdad, creo
que Burriana ha perdido ya demasiadas legislaturas y lo que necesita son
personas con capacidad de decidir, de arriesgar, de tener claros los objetivos
y de dejarse de medias tintas para que el pasado anodino y amorfo que hemos tenido
en muchos momentos se quede atrás formando parte de un periodo concreto en el
que Burriana dejó de ser lo que se merece ser.
Como siempre digo, me gustaría equivocarme. Pero esta ciudad
que tiene muchos recursos, grandes posibilidades, mucha gente capaz y un futuro
prometedor requiere ya de ese momento que la relance hacia ese futuro que, en
nada, llegará y del que todos vamos a participar. Suerte y al toro.
Pues eso, que espero que ese gris se transforme en un
horizonte de color y esperanza, pero no de esos colores con los que, con tan
mal gusto, han pintado algunos semáforos de nuestra ciudad.
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