Debajo de los adoquines nunca ha estado la playa.

Mayo, el mes de las flores, también parece ser el de los movimientos sociales importantes, ocurrió en el 68 y ha vuelto a ocurrir ahora. Entonces fue París y ahora ha sido la “spanish revolution” que ha impregnado todo el país y algunos países cercanos de manifestantes que reclaman, entre otras cosas, un futuro.
Ya sabemos que “debajo de los adoquines no está la playa” eso se descubrió en el 68, aunque muchos ya lo sabían de antes, pero fue el movimiento social que llevó a la evolución o, tal vez, ¿fue a la regresión el lugar al que nos condujo?
Sin embargo y tras analizar algunos aspectos del paisaje exterior, creo que este movimiento es la continuación de otros movimientos surgidos en otros países los que nos han llevado a la situación actual, situación que se agravará si realmente no se toman las medidas que, de forma ejemplar, tienen que demostrar que se está en situación y con intención de comenzar el cambio.
El movimiento del 15 M, durará más o menos y no conducirá a nada, por que los movimientos asamblearios no llegan a conducir a ningún lado; se requiere de un líder o de líderes que nos infundan y nos permitan confiar, que nos sintamos seguros de seguirles, pero los hechos vividos, nos conducen a la desesperación, a no tener principios, a la desconfianza y a la falta de fe.
Los hechos acaecidos, en su mayor parte se le atribuyen a grupos de jóvenes, pero el movimientos de los indignados, tiene como base un documento de un señor de 91 años, STÉPHANE HESSEL y al que han seguido, según hemos podido ver en un sinfín de imágenes televisivas, personas de edad avanzada desesperados por el paro, por el desahucio de su piso, la hipoteca, los hijos que no pueden comer y otros muchos aspectos que podemos ver en el día a día.
Todo ello unido a los sueldos y prebendas de los políticos, los repartos de algunos bancos, las asesorías que ofrecen ciertas empresas a algunos ex ...... conlleva que no estemos indignados, sino cabreados y con mala leche por no decir otra cosa y hartos de una situación corrupta que no nos lleva a ver la luz al final del túnel porque algunos ya han pensado aquello de “sálvese quien pueda” o aquello de “ande yo caliente y riase la gente”.
Los movimientos sociales, sólo tienen su éxito si quienes participan de ellos toman el compromiso de introducirse dentro de los canales existentes e involucrándose en la gestión social, política, laboral o de otro tipo que posibilite el cambio de aptitudes y de actitudes y yo así lo hecho, voy a intentarlo con mi compromiso de intentar una sociedad mejor en todos los planos, pero uno solo no es suficiente, se requieren muchas manos para que el cambio sea una realidad, finalice la mediocridad y entren las ganas de hacer las cosas bien en muchos aspectos de la vida.
Mayo, ese mes de las flores, es el mes de los compromisos y de las resoluciones, aunque estas se hagan efectivas en junio, no importa, lo trascendente es comprometerse y para el compromiso siempre estamos a tiempo, pero el compromiso debe ser sincero y honesto y en él debe imperar la firmeza y el convencimiento de la transformación social. Ganas tenemos todos.
“Indignados”, “cabreados”, “desesperados” ha llegado el momento, comprometeos para cambiar.

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