Como siempre, paseando entre la chatarra
Como estoy tanto de viaje apenas me da tiempo para hablar de las calles de uno de mis pueblos por los que navego con o sin perro, con o sin niño, con o sin amigos e incluso, a veces, sólo.
Digo pues que de vez
en cuando veo lo que ocurre en mi hábitat más cercano y, la verdad, no me
alegro mucho de ver lo que en ella se hace y, de vez en cuando, como se hace,
entre otras cosas, por la falta de sensibilidad hacia unos ciudadanos que
quieren recuperar sus calles y plazas para el disfrute ciudadano y no para
albergar montones de chatarra que llevan cuatro ruedas y que tienen una gran
diversidad de colores, formas y tamaños.
Viene esto al caso de
que cada vez disponemos, en Burriana, de una mayor falta de planificación en
algunos aspectos como pueda ser la racionalización del centro urbano y de lo
que ello comporta.
Me gusta decir que no
hay en toda la provincia ninguna población, por pequeña que sea, que su centro
neurálgico no haya experimentado una transformación importante. La única que no
lo ha experimentado ha sido Burriana, muy a mi pesar. Nadie ha sido capaz de
dignificar la mayor plaza que tiene la provincia y cuya degradación ha ido de
forma progresiva hasta llegar a su situación actual.
El Pla lleno de
chatarra, el tramo de la calle mayor entre el Ayuntamiento y El Pla lleno de
chatarra, por la calle Mayor, El Raval, la Carrera o el Barranquet circulación
de vehículos sin fin y para colmo para entrar en el parquing de la Terraza Payá
tienes que entrar por una calle peatonal, dicen.
De verdad, creo que
hace falta alguien capaz de mirar al futuro con más y mejor mirada de todo lo
que hemos tenido hasta la fecha. Visión comercial, visión social y,
posiblemente, visión espiritual para transmitir a la gente un mayor espíritu de
ciudad que sirva para otras muchas cosas que no sea convertir todas las
esperanzas en ese humo que lanzamos al cielo cada diecinueve de marzo.
Esta ciudad que nos
acoge tiene muchas posibilidades y, en su mayoría, todas desaprovechadas y,
muchas de ellas desorganizadas y lo que se requiere es eso, organización y
aprovechamiento de esos recursos que se pueden convertir en un producto
atractivo para conseguir importantes inversiones en algún que otro sector que
tiene una gran trascendencia en la provincia.
Mucha gente, me
consta, ha estado y está dispuesta a colaborar. Quienes nos gobiernan, en
muchos casos, sólo escuchan cantos de sirena para conseguir renovar el cargo a
la siguiente consulta electoral y en muchas ocasiones encontramos la visión del
cortoplacismo a poco más de una legislatura.
En fin, eso. Que tras
pintar rayitas azules y amarillas en El Pla, seguimos, los ciudadanos,
perdiendo espacio público en favor de la chatarra a través de la cual seguimos
paseando entre la chatarra en el centro de esta población que continúa teniendo
muchas posibilidades y, en muchos casos, a pesar de nuestros gobernantes.
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