Apaga y vamonós
A los bulos que circulan por
las redes se le suman, ahora las declaraciones alarmistas e incendiarias de
algunos, aparecen los pistoleros incontrolados a los que se les unen los de
siempre, sus señorías lanzándose la mierda sobre los unos y los otros y, la
verdad, me producen tanta tristeza que me parece que voy a requerir unos días
de desescalada real, es decir no escuchar la radio, ni la tele, ni leer
periódicos digitales o no.
Podría decir que me
dedicaría a escuchar música, pero es que como elija un disco de Miguel Bosé o
Enrique Bumburi me van a recordar las declaraciones del primero y las
aseveraciones al primero del segundo y, entonces, mi gozo en un pozo. Creo que
volveré a la música clásica y de los clásicos, al menos ellos, que vivieron
hace unos siglos, no dicen tonterías y si sus neuronas han mutado, no se nota.
Es indudable, al menos para
mí, que los dioses y los diablos están en la tierra y que el cielo está
dominado por la luz del sol durante el día y por la luna y las estrellas
durante la noche, siempre y cuando no se interpongan las nubes por el medio,
momento este que todo se relativiza.
Esto de la pandémia y el
confinamiento, a algunos, les ha sentado muy mal, más que reñir con los novi@s
o tener tiempo para escuchar voces divinas que les han conducido a decir lo que
están diciendo y plantear lo que están planteando. Malignos los hay en todas
partes. Abundan los visionarios, los catastrofístas y, además, siempre tienen
seguidores. Es como si, unos y otros, se tomaran algo. Existen los segundos
porque están los primeros, si no miren a Trump. ¿O es al revés?
Es indudable que la vida es
complicada, pero algunos se la complican aún más. Hablan, incluso, cuando no
tienen nada que decir y ello conlleva llegar a un momento de estupidez en que
la tontería, basada en la libertad de expresión, se toma como norma y entonces,
apaga y vamonos.
Comentarios
Publicar un comentario