En fin, eso, que me duele, pero en eso se queda


A veces me duele describir alguna panorámica de lo que ocurre a mi, nuestro, alrededor que no es otra cosa que lo que acontece en las calles de mi ciudad por la que discurren mis pasos y los de mis convecinos y, algunos, amigos y ver lo que hay, lo que no hay, lo que podría haber y lo que por negligencia, incapacidad o ineptitud hay cerrado y, a pesar de lo que digan, con escasas posibilidades de que se abra o se reabran sus puertas.

Nada me gustaría más que equivocarme y que, en nada, el edificio que alberga lo que debería ser el “Museu de la Taronja” estuviera ocupado por vecinos de la población que se acercan a conocer un poco de su historia; me encantaría que los colegiales se dieran cuenta de la importancia que un día tuvo, “la fruita daurada”, para su población; me agradaría que grupos de excursionistas pudieran comprobar como, la nuestra, es una ciudad que se siente orgullosa de su historia y de su patrimonio.

En definitiva, me gustaría que el “Museu de la Taronja” estuviera abierto para uso y disfrute de todos los ciudadanos.

Eso es así. Leía hace poco un artículo titulado “el sueño de una noche de otoño” y el autor también soñaba en cosas bonitas para su ciudad inmediata, pero se dio cuenta que todo era un sueño hasta que sonó su despertador. Yo, hoy no estoy soñando, si no viendo la realidad y me duele ver como en la página de museos reconocidos por la Generalitat Valenciana figura que en Burriana existe un “Museu de la Taronja” que contiene, incluso, un horario de apertura (http://www.ceice.gva.es/web/patrimonio-cultural-y-museos/museos-y-colecciones-reconocidas) .

Me entristece ver como la incapacidad del anterior equipo de gobierno dejó pudrir hasta las entrañas un importante centro de historia y cultura, nuestro y de otros; me entristece comprobar como se ocuparon y preocuparon de dejar morir un importante trabajo fruto del esfuerzo de anteriores corporaciones que trabajaron para que ese patrimonio recogido por una persona se mostrara como parte de la historia de la población que lo vió nacer.

Volviendo al artículo referido, sin que sea de noche, sin que esté soñando, aunque tal vez si, me gustaría que el próximo tres de febrero, festividad del Santo Patrono de Burriana, Sant Blai, se reinaugurara el “Museu de la Taronja” para vergüenza de quienes lo denostaron y honor de quienes sean capaces de recuperarlo

En fin, eso, que me duele, pero en eso se queda

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