Cuestión de fe
Leo, en algunos
medios de comunicación, voceros intencionados de algunas iniciativas musicales,
que la próxima edición del festival Arenal Sound volverá a celebrarse en
nuestra ciudad, Burriana, la población que lo vió nacer, cosa que me alegro muy
mucho y celebro.
Sin embargo, noto,
nuevamente, mucha intención, bien intencionada e interesada en la redacción de
la misma y muy enfocada, nuevamente, a la presión a la que a lo largo del año
previo a la celebración de la última edición del festival han venido ejerciendo
sobre diferentes instituciones públicas y, especialmente, al Ayuntamiento de
nuestro Magnífic.
Me congratulo de que
se quede, reitero mi apoyo y como siempre condeno la presión a la que someten a
nuestros gobernantes y les pido, una vez más, que se pongan al lado de la
población que no es lo mismo que se vendan para gente de Burriana ocho o diez
mil entradas. Esta ciudad tiene más de treinta y cinco mil almas a las que el
Arenal Sound no llega a engancha a su favor. A mí si que me tiene, pero me
gustaría que me tuviera que supieran llegar a identificarse con el resto de la
población.
Dejados atrás los
bulos y falsas serpientes de verano de la posibilidad de marcharse a otras
poblaciones, limítrofes o no, la próxima edición del festival, sabiendo sus
organizadores que lo que decían no era verdad, ahora deben de trabajar para
ponerse en marcha y no tener problemas durante la próxima edición trazando
convenios firmes, duraderos y realistas y no lo que habían hecho hasta el
pasado año en cuyas ediciones hacían lo que les daba la gana y les pasaba por
el arco de triunfo.
Las cosas hay que
hacerlas bien hechas, o al menos lo mejor posible, y con el mayor rigor posible
y si bien es cierto que todavía no sabemos el coste de la última edición, si
que sería interesante que la próxima nos cueste a los ciudadanos, únicamente,
el precio de la entrada de quienes vayamos a los conciertos y que las arcas
municipales no vean menguados sus recursos, a ser posible, con la cantidad que
se vieron durante la celebración de
ediciones anteriores.
Mi congratulación con
el “presunto” acuerdo alcanzado del que sólo me resta, para su creencia
definitiva, que lo corrobore la alcaldesa de la ciudad que, supongo, no hará
pública esta determinación hasta que se tenga la certeza total y absoluta de su
celebración. Mientras tanto es un acto de fe y de lectura en los medios
oficiales que utiliza la organización del evento. Todo es cuestión de Fe.
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