Fitur y la productividad de las fotografías
Mira por donde, ayer me encontré a mi amigo el plumífero, ese que narra las crónicas de su población en varios medios de comunicación y, como casi siempre, lo encontré un poco cabreadillo. Al preguntarle el motivo, me indicó que acababa de ver las fotos de sus concejales en la feria de turismo y que le había dado un poquito de pena ver a qué habían ido a Madrid.
Yo le dije, hombre
algo tendrían que vender de la población que representan y, tajantemente,
contestó que vendían humo. Vaya hombre, siempre ves la parte negativa de las
cosas, le indiqué. Seguimos hablando de este y otros temas y como siempre dejó
patente su inconformismo y sus ganas de ver como evoluciona su población de
cara al futuro, de forma positiva, y no de la manera que lo están haciendo
concluyó. Tomamos un café y nos despedimos.
Hacía tiempo, más de
año y medio que no nos habíamos visto y lo encontré igual. Inconformista, a
veces un poco protestón pero trabajador y preocupado por su población que no
termina de encontrar su camino hacia el futuro y que algunos no ven con
claridad su salida y su despegue.
De entre las cosas
que hablamos estuvo el tema de la productividad que derivamos de las fotos,
analizamos con quienes se las hicieron y nos dimos cuenta que se las hicieron
con los políticos de turno, con sus reinas de fiestas, ellos entre ellos y con
algún que otro amiguete o “celebrity” que pasaba por allí, era para
inmortalizarse de cara al futuro. Además, y en plan satírico hizo referencia a
la promoción de un producto gastronómico que no conocían ni en la población
limítrofe con su término municipal.
Pues eso. A colación
de mi artículo anterior y conectando con este y haciendo honor al inconformismo
de mi amigo, reivindico las fotografías productivas y no el álbum de fotos. La
efectividad laboral frente al postureo y la eficacia frente a las apariencias y
el estar por estar.
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