Me da lo mismo que sea el Casado o el soltero

Querido Casado y al soltero también. No sé si estamos en tiempo de vacas flacas o gordas, dado que eso es muy relativo, porque mientras a unos les tocan, casi siempre a los mismos, las flacas, a otros, también casi siempre a los mismos, les tocan las gordas. Caprichos de la vida. De lo que no cabe duda es que estamos en tiempo de vacas.

De vacas, de cerdos, de ovejas y de cabras y, mientras, nuestras naranjas valen menos que una bolsa de plástico de cualquier centro comercial. Nuestras verduras apenas tienen precio y nuestra artesanía no tiene salida alguna. En fin, paradojas de la vida cuando son los productos que mantienen y dan vida.

Oímos hablar mucho del sector primario pero siempre, o casi siempre, en favor del gran productor o del gran controlador del mercado, aquel que fija el precio al que compra y al que vende, pero en detrimento del mismo, el productor agrícola, ganadero o artesano.

Escuchamos hablar mucho de los responsables de estos sectores, pero pocas veces para beneficiar a quien produce de la tierra, a quien cria a los animales o a quien con sus manos y su inteligencia crea para deleite del resto de mortales.

Todo está al servicio del especulador, del intermediario y de aquel que apenas arriesga nada y que, en multitud de ocasiones, sólo hace que negociar con lo que otros producen. Así es la vida y así esta la sociedad actual.

Estas últimas semanas hemos leído, oído y escuchado numerosas referencias a esos animales rumiantes que pastan por los prados de algunas poblaciones viviendo a sus anchas y produciendo leche para después convertirse en carne, pues bien, todos sabemos que no es lo mismo la carne de una vaca que pasta que la de otra que ha sido criada en una de esas famosas macrogranjas.

De la misma manera que no es lo mismo un tomate cultivado en un invernadero que esos tomates recolectados por el Sr. Antonio y que yo compro en un supermercado de barrio de esta ciudad que me acoge.

Pues eso. Ahora que están de moda las guerras, interesadas, entre lo macro y lo micro, yo me quedo con lo micro, con ese producto de kilómetro cero producido por el agricultor, el artesano o el ganadero que está a mi alrededor y no con esos macroproyectos que tanto abundan en todos los sectores de la vida y me da igual que lo diga el Casado o el soltero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jenaro y no Genaro

Burriana no puede perder tantos trenes

Sr. Alcalde de Burriana – Borriana, això no es res per al mal que el Sr. Albiol farà a la cultura del seu poble.