fiestas y relatividad

Ya hace tiempo que no truena, pero de aquellos truenos de los que hablaba en el último artículo, uno de ellos se quedó latente y al día siguiente ocasionó un pequeño incendio en el término de Villamalur y es que los truenos pocas veces traen cosas buenas, igual que los arrebatos de euforia, rabia o cualquier otro cambio brusco de humor o de criterio individual o colectivo, con lo que el cabreo puede ser, también, individual o colectivo.

Desde aquellos truenos no ha vuelto a llover, pero si que nos está cayendo una gorda. Desde aquel conato de fin de sequía, nada nuevo ha sucedido como no sea que que ha finalizado agosto, que han empezado las fiestas en Burriana o Vila-real y que las temperaturas han bajado sensiblemente, al menos a primera y a última hora del día.

Después de dicho esto, pienso que estoy en un error, que si que han cambiado cosas y entre ellas el tipo impositivo del IVA que todos han subido de forma considerable, al menos dos puntos, lo que supone entre un doce y un doscientos cincuenta por cien, según casos, pero nada, tenemos que contribuir para que rescaten a los bancos mientras echan de sus casas a quienes tienen problemas económicos; paguen indemnizaciones por despidos  millonarios y al mismo tiempo paguemos los desfalcos de aquellos que se los han llevado a manos llenas y nadie devuelve nada.

Nada, algunos están de fiesta, otros lo intentan y entre “cuerno y cuerno” a disfrutar de las cenas de sobaquillo, o no, y de las relaciones humanas que, en definitiva, son el objetivo de las fiestas, aunque muchos tienen o tenemos el concepto equivocado lo que no se es quienes y es por ello que se vuelve a hacer bueno lo de la teoría de la relatividad.