Haremos lo que haga falta para tener la sartén por el mango
Es indudable que hay muchas personas que para mantenerse en el poder hacen lo que tengan que hacer y, por supuesto, el culpable de todo es el actual presidente en funciones del gobierno, a la sazón, Pedro Sánchez.
Sin embargo, su
historia no es la única los hay y muchos, algunos en los gobiernos que nos
gobiernan y que hacen cuanto pueden y está en su mano para seguir teniendo la
sartén por el mango.
Encontramos ejemplos
diversos y variados en que los socios que mantienen un gobierno votan en contra
de su compañero de viaje en el gobierno municipal, autonómico o estatal y no
pasa nada, pero el culpable de todo lo dicho es el presidente del gobierno en
funciones.
Los hay quienes para
no enfurecer a sus socios de gobierno se cambian de pancarta cuando hay que
situarse detrás de una de ella, conjuntamente con quienes niegan la violencia
de género y atacan a la propia constitución negando el actual estado de las
autonomías español vigente desde hace más de cuarenta y cinco años, pero no pasa nada y la
culpa la tiene Pedro Sánchez.
También hay quienes
quieren pactar con independentistas, con la boca pequeña y que, con
posterioridad se niegan a ello para achacarle a los otros que negocien con
ellos, eso sí, haciendo gala de aquello que les dijeron un día sus socios de
gobierno de la “derechita cobarde”, no teniendo agallas de parlamentar con
partidos legales cuando, incluso alguno de ellos, fue legalizado cuando
gobernaban ellos mismos y la justicia lo autorizó, pero la culpa la tiene el
presidente del gobierno en funciones.
Y es que, no sé por
qué, me da en la nariz que no acaban de ubicarse en el lugar que les
corresponde que no es otro que el de centrarse y encontrar el ángulo adecuado
para que les puedan votar gente no tan radical como la que está saliendo de sus
cavernas cada vez que alguien intenta albergarse en ese punto tan importante
como es la centralidad y, últimamente, han salido las viejas glorias de sus
sarcófagos a reorientar los valores patrios tras las escuelas de verano, las
cuales deberían ser un poco más divertidas en las que ver caras nuevas y no
inexpresivos rostros que emiten sensaciones extrañas, con o sin bigote.
En fin eso, que
estamos ante el inicio de un curso político en el que vamos a ver más cambios
de pancarta, para no enfadar al socio; aguantaremos carros y carretas para no
enfurecer a quien nos sostiene y haremos lo que haga falta para tener la sartén
por el mango. Pero todo ello es culpa del presidente del gobierno en funciones.
En nada finaliza el verano. Suerte.
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