Una especie imperfecta que busca ser mejor

Hoy han reabierto sus puertas al público una serie de establecimientos que debido al maldito bicho nos ha tenido encerrados, confinados, secuestrados y otras muchas cosas que han hecho que se ralentizara la sociedad, se resienta la economía y también nuestra forma de ser y de vivir.

La progresiva mejora y el trabajo llevado a cabo por nuestra sociedad o por la ciudadanía, como lo llama ahora la progresía, conservadora o no, y quienes nos han dictado la forma de proceder están permitiendo que vuelva la normalidad, si es que se la puede llamar normalidad, sea nueva o vieja.

De lo que no cabe duda es que paulatinamente volveremos a ver nuestras calles llenas, nuestros establecimientos abiertos y con usuarios; los cines, teatros, salas de conciertos, bares, restaurantes y otros muchos volverán ser lo que eran con más o menos gente, pero eso si, con más medidas de seguridad.

Como en todos los conflictos y situaciones los han habido que se han quedado en el camino, personas y comercios pero la vida debe seguir y nuestro espíritu mediterráneo y emprendedor posibilitará que volvamos a ser lo que éramos e incluso mejor de lo que somos, siempre y cuando aprendamos de la situación vivida.

Los agoreros se lamentan. Los optimistas se preparan. Quienes no creen en nada, seguirán creyendo en lo suyo, la nada. Pero quienes queremos seguir hacia adelante, ver una sociedad mejor, con más posibilidades, con esperanza y con visión de futuro seguiremos hacia adelante.

Y lo haremos sin hacer caso a todas esas mentiras, verdades a medias e insultos que tanto abundan por las redes y que, sólo, tienen un objetivo concreto evitar una evolución social que posibilite mejorar este mundo en el que nos ha tocado vivir de la misma forma que lo han intentado nuestros predecesores.

Yo estoy optimista. No va a ser fácil. Nos rescaten o no, no lo vamos a tener fácil, pero, al menos necesitamos demostrarnos que vamos a intentarlo con fuerza y vigor para que cada una de nuestras ciudades vuelva a sentir el palpitar de sus vecinos y para demostrar que esta especie imperfecta busca ser un poco mejor.