Gracias
Hoy, me siento ante el papel
para escribir algo y, además, sin tener nada premeditado sobre el que escribir
y es que, a veces, suele ocurrir que si no ejercitas pierdes la forma, la del
deporte, la de escribir, la de estar con los amigos y es que todas estas cosas
hay que cuidarlas.
Si no te mantienes en forma
y te fijas metas no puedes participar en carrera alguna que se fomente desde el
deporte. Si no escribes, aunque sea sin ganas, no desarrollas esa pequeña
neurona que todos tenemos y que sirve para pensar. Y, finalmente, si no
practicas la relación con los amigos, con o sin cerveza, al final vas dejando
muchos amigos por el camino que no es que te hayan o tú les hayas hecho algo,
es que se van olvidando y, le pasa lo mismo que a las plantas, hay que regar la
planta y también la amistad.
Y, llegado aquí, en este
momento, es cuando tengo que decidir, escribir del deporte, de la escritura o
de la amistad.
Al deporte soy poco
aficionado y, probablemente, si escribiera sobre él cometería algunas
inexactitudes o equívocos y por lo tanto lo voy a dejar de lado, dado que sobre
este tema y, sobre cualquier deporte, hay muchos periódicos y periodistas que
escriben sobre él.
El segundo apartado es el
mundo de la escritura. Escritores, columnistas, poetas y disertadores en
general los hay que articulan sus pensamientos en periódicos, emisoras de radio
y televisión, blogs y otras formas, más o menos modernas, que gustan muchos a una gran cantidad de gente y que publican y
editan muchas grandes obras, algunas de las cuales son trabajos sensacionales
que encandilan a millones de personas durante muchos siglos y es entonces
cuando pienso que para mí es muy difícil hablar de algo tan hermoso como la escritura.
Y, finamente, queda el tema
de la amistad y de ella sólo tengo que decir que me encuentro muy contento de
contar con la de quien en este momento está leyendo este artículo. Gracias.
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