El sábado, Cavalcada del Ninot

Es que hay días que uno se desayuna con noticias que no sabe si echarse a reír o a llorar, por decir algo y no de alguien porque la verdad es que hay que ver lo que hay que ver y oír lo que se escucha. En fin, de pena.

Leo que este año, nuevamente se, va a cambiar el itinerario de la Cavalcada del Ninot para evitar el gamberrismo y el abuso de algunos participantes en dicha actividad festiva y ante esto se me ocurre pensar otras cosas, sobre quien las dice y sobre quienes son o pueden ser motivo de acusación y es que ante esto el colectivo fallero debería decir algo, al fin y al cabo quienes salen en las comparsas representan a las fallas.

Como persona que ha salido en más de una ocasión en la Cavalcada, tengo que decir que nunca me ha faltado beber para salir y que nunca he abusado, una vez finalizada la misma de nada y que mi comportamiento y el de la gente que ha salido conmigo siempre ha sido muy correcto y si hay alguien que hacae algo que no debe hay miembros de su propia falla que siempre les pueden llamar la atención y en último caso está la policía que para algo tenemos más de cien personas que vigilan por nuestra integridad y de la de otros muchos bienes públicos.

Si el problema es la bebida, ya sabe que debe hacer y si el problema es la falta de seguridad ciudadana, sabe donde debe recurrir, cada semana se reúnen los miembros del equipo de gobierno y ahí es donde se debe poner énfasis en lo de la seguridad ciudadana y, probablemente, no pasa por tener más agentes de policía, sino de reestructurar mejor el colectivo.

Pero, creo, que el problema hay que atajarlo de raíz. La Cavalcada del Ninot es, o debería ser, por poner un símil, el Carnestoltes de otras poblaciones que ha subsistido, a pesar de otros tiempos infaustos, a los avatares de la censura y la represión, ha sido una válvula de sátira y de ingenio que los falleros han sabido mantener, bordeando la censura de otros tiempos y servir de punto de inflexión y de crítica para seguir progresando en esta población que ahora habría que recostarla en el diván del análisis profundo.

El problema requiere de una solución, que a pesar de todo, no pasa por poner más policías, ni más miembros de protección civil ni por cambiar el itinerario. El problema debe solucionarse antes de la salida de la Cavalcada y si en una comparsa salen diez miembros, que lo hagan con dignidad, las fallas se lo merecen. Si un año salen pocos, que salgan pocos; el próximo año seguro que saldrán más, porque hay quien no sale porque no se ve reflejado con el resto de la comparsa, todo a pesar de que al hablar en términos generales, tampoco se tiene porque generalizar a todas las comparsas, hay algunas que lo hacen muy bien.

Pero mi comentario no va por las fallas, sino por quienes las dirigen, porque en un cargo se está para todo, para lo bueno y para lo malo, y para trabajar en “pro” de algo y no para calentar una silla y hacer lo de siempre porque hacer lo de siempre todos, o casi todos, lo saber hacer, otra cosa es mejorar aquello que se lleva entre manos y para desgracia nuestra vamos de mal en peor.

Dentro de nada la Cavalcada del Ninot recorrerá las calles de nuestra ciudad con su “flamante” nuevo recorrido y me gustaría que con él todo saliera mejor y equivocarme de esos presagios que circulan ante las declaraciones de algún responsable festero, pero me temo que ni él, ni yo veremos un cambio, aunque eso si, la responsabilidad no es mía.

Por cierto, Felices fallas