Sin insultos

Hace unos días escuchaba a la dirigente del Partido Popular, Ana Mato, presentar la campaña de su formación política a las elecciones en la que indicaba que seria una campaña limpia y sin insultos, cosa que me alegre por que si a este país le sobra algo es verborrea dialéctica e insultos y descalificaciones entre la clase política, pero yo no se si ese aviso iba para todos o solo para algunos o, tal vez, solo para los adversarios por que dentro de su partido ya hay quien ha empezado a repartir “leches” por todas partes.
No se trata de demonizar a unos para ensalzar a otros, sino que al menos, nadie, intente engañarnos con algún deseo que ni quien lo dice es capaz de cumplir, o es que, algunos, necesitamos que nos expliquen claramente que es un insulto, por que parece ser que no lo tenemos muy claro.
Según la Real Academia de la Lengua Española, insulto significa " Ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras o acciones”, eso, simplemente eso y no otra cosa.
Pero ante esta definición y para comprender el objetivo de la señora Mato, cabe explicar el significado de la palabra ofenderHumillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o con hechos. Sentirse humillado o herido en el amor propio o la dignidad”.
Para entender el significado general de todo lo expuesto, probablemente habrá que ponerse en la piel de algunos de nuestros políticos porque lo que para un ciudadano de la calle es una ofensa, para un político no lo es; lo que para unos es una ofensa, para otros no lo es pero que en un espacio publico digan algo de alguien, en la mayoría de ocasiones es un insulto.
Si no, analicen lo que dijo el presidente de la Diputación de Castellón en Burriana hace unos días respecto del ministro José Blanco, ¿es una ofensa o un halago? Indudablemente depende de quien lo diga y del tono, pero seguramente para un ciudadano de a pie, una ofensa.
También depende de a quien se le diga la cosa y si no escuchen otra perla, en este caso dedicada al cantante Joaquín Sabina, también por parte del presidente de la Diputación Carlos Fabra; probablemente a Sabina se la traiga floja, pero en cualquier caso ¿no creen que es un poco vergonzoso que un presidente de Diputación utilice ese lenguaje?
Perlas hay otras muchas, y ahora solo estamos empezando a escucharlas, dentro de nada estaremos hartos de ver como lanzan improperios contra quienes son considerados unos enemigos en lugar de adversarios siendo el único objetivo de los insultos y las ofensas que no les quiten el sillón, porque hacerlo bien, les importa un carajo, solo están interesados en su ego personal y en una vanagloria que la mayor parte de las veces se traduce en ineficacia y en un lucimiento personal que ni por hechos, ni por curriculum se merecen.

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