Es tiempo de todo
Sigo donde estaba el
domingo. Confinado. Han pasado dos días más y me quedan dos días menos hasta
una fecha sin determinar, pero me da igual. Son dos días menos y eso me basta.
Continúo leyendo la
televisión, viendo la radio y escuchando los periódicos. Y una de las frases
que más oigo, leo y veo es esa que dicen de que “no es el momento”.
¿No es el momento de
qué? Es el momento de todo. De estar con el gobierno sea el que sea. Es el
momento de tomar decisiones y apoyarlas sin tapujos y, al mismo tiempo, exigir
que sean más firmes. Es el momento de las personas, de los seres humanos que se
están dejando la vida en los hospitales y/o lugares habilitados como tal. Es el
momento de, al menos, acertar y para ello hay que ejecutar con firmeza y, a
través de la gestión, liderar.
Liderar proyectos
para el día después. Gestionar estos malos momentos para que no lo sean tanto.
Trabajar para aliviar esos agobios de nuestros conciudadanos. Es el tiempo de
hacer proyectos para un mañana que está ahí, a la vuelta de la esquina y para
el que ya faltan dos días menos a sabiendas que lo lejano o cercano de ese día
es, totalmente, incierto.
Es el momento del
liderazgo y me huele que, a pesar de todo, algunos se están afianzando en ello
mientras que otros están perdiendo esa aureola de buenismo que tenían amparados
en unas teorías faltas de capacidad de gestión y de sacar adelante el proyecto
de su ciudad, Comunitat o País.
Siento como algunas
poltronas no son capaces de imaginar el día en que haya, nuevamente, que levantar
las persianas para que podamos comprarnos esos zapatos de temporada para el
difícil verano que se nos aproxima. Tendremos que elegir el bañador para
lucir ese cuerpo que tendremos que modelar antes de "entubarnos" la prenda.
Tendremos que volver a la óptica, la peluquería, el zapatero, la librería o
tendremos, con muchas ganas, que buscar al amigo con el que tomarnos la cerveza
del mediodía o retomar los “tardeos”
Cuando enfilo el
final de este artículo escucho esa canción de Roberto Carlos que nos dice que
quiere tener un millón de amigos para, entre otras cosas, ser capaces y
merecedores de unos gobernantes que sean verdaderamente líderes y algunos,
fuera de esta ciudad que nos acoge, lo están consiguiendo, con esfuerzo,
seriedad, gestión y mucho riesgo de equivocarse.
Este es el momento de
coger el toro por los cuernos, ponerlo todo en el asador, insistir y pedir
ayuda a todos a los de casa, a los de las casas de enfrente y de al lado, en
fin, de esta tenemos que salir todos juntos y este es, sin duda el momento de
todo.
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