Imperdonable fallo de memoria

Hoy, por primera vez en treinta y un años se me ha olvidado que tal día como hoy fallecía a la puerta de su apartamento en New York, uno de esos personajes que se ha incrustado en mi curriculum vital con letras de oro por su música, sus ideas, sus convicciones y su espíritu de libertad y de ansias de paz. Menos mal que mi amiga María Dolores me ha recordado, a través del Faceboock,  la fecha y el acto y tras darle las gracias y pedirle perdón a John Lennon, me he decidido a escribir estas letras.

Sobre el personaje ya he escrito en algunas ocasiones y a estas alturas qué voy a descubrir de tan insigne personaje del cual se ha escrito y se sigue escribiendo de todo, se continúa hablando, bien y mal, de quien marcó una época muy larga que se inició en los años sesenta y que continúa hoy en día sin saber hasta cuando durará la influencia de su música, la repercusión de sus ideas y la concepción de los espíritus de mejora de una sociedad que evoluciona hacia la sinrazón, el gobierno de los intereses económicos sobre el resto de la humanidad y la falta de espíritu social de aquellos que gobernaban en aquel momento y cuya radiografía sirve para conocer la situación actual.

Por todas estas razones y otras muchas a las que no hago referencia hubo quien tramó contra él, a nivel de estado, y a nivel personal por diferentes cuestiones, unos porque le consideraban un peligro público contra los intereses gubernamentales, Vietnam, cuestiones raciales, el amor y no la guerra y la peligrosidad de su música, su pensamiento y la japonesita que le acompañaba; otros la hacían y lo hicieron por envidia, como sucedió con el descerebrado que lo asesinó.

John Lennon ha significado mucho en la vida de muchas personas, a través de su música, aún sin conocer el contenido de las letras por el desconocimiento del idioma en que las interpretaba, aprendimos a no querer la guerra, a preferir el amor, fuera o no fuera libre y vimos como alguien a través del mensaje del amor y la paz era capaz de poner en jaque a más de un gobierno.

Poco imaginaría John que tres décadas y un año después de su trágica muerte las letras de sus canciones continuarían teniendo la vigencia que tienen, sus discos seguirían escuchándose con la misma devoción que lo hacían en el momento de su edición, a pesar de que en este país, en aquel momento, nos costaba poder escuchar su música y a algunos de sus discos, vinilos de la época, les costaba llegar a la España de la dictadura y de la transición.

Hoy, tras mi día de olvido de la fecha y tras reincidir en la petición de perdón al propio John y a la amiga que me lo recordó, quiero confiar en que el próximo año no se me pase por alto y que tal día como hoy escuche, sin que nadie me lo recuerde, la mítica canción Imagine con el objetivo de imaginar un mundo mejor que es, al fin y al cabo, lo que quería el cantante.

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