Pronto llegará el príncipe
Hola. ¿Qué tal? ¿Cómo
estás? Deseo, espero y me gustaría que te encontraras bien. Yo, bien gracias,
escribiendo esto que lees con la intención de no aburrirte demasiado con este mono
tema que tenemos desde que el pasado viernes nos notificaron, vía jarra de
agua, que no pasábamos a la siguiente fase de este desconfinamiento que todos
deseamos con la máxima rapidez, pero también, al menos por mi parte, con seguridad.
La media noche apunta
en mis cercanías. Escucho la música que me gusta, suave pero con ritmo. Giro la
cabeza a la izquierda y el lucernario del campanario siluetea los arcos que lo
componen en medio de los cuales se encuentran los instrumentos que me
anunciarán que damos paso a un nuevo día que se prevé nuboso y con muchas
posibilidades de lluvia.
La canción que escucho
en este momento dice que “la vida se nos va”, cuánta razón tiene Fito mientras
concluye su canción con un hermoso solo de guitarra que difumina su sonido
hasta llegar al final.
Digo pues, que hemos
tenido tema continuo por el suspenso que nos han dado y, aunque mi deseo
hubiera sido pasar, no me atrevo a juzgar ni política, ni económicamente la
trascendencia del hecho aunque a lo único que me atrevo es a opinar, con mucha
precaución, que algo no habremos hecho bien y, por lo tanto, hay que enmendarlo.
A lo largo del día
que está a punto de concluir he escuchado muchas críticas al comité decisorio
y, como era de esperar, pocas positivas. Me he tomado la molestia de mirar
quienes eran y la verdad me he quedado impresionado con el currículum de cada
uno de ellos. Grandes profesionales. Personas con una intensa y larga
experiencia. Supongo que de una gran honestidad y trayectoria que no se habrán
dejado influenciar por otras cuestiones que no sean, pura y llanamente, los
criterios sanitarios.
Siempre, cuando algo
no nos conviene, buscamos un culpable. Sin reflexionar sobre nuestro alrededor
las verdaderas razones que han motivado esta determinación. Llegado a este
momento no valen coplas, quienes nos juzgan valoran, con unos parámetros, los
postulados a tomar.
Es un poco como esos
concursos que hacen en la tele de Operación Triunfo o de Got Talent, no lo
hemos hecho bien y no pasamos a la siguiente fase. Esto no es como La ruleta de
la suerte que depende, únicamente, de la fuerza y la potencia del músculo. En
esta ocasión, me da en la nariz, que no hemos sabido combinar potencia, habilidad e inteligencia.
Probablemente, nadie
seamos el culpable, aunque todos tenemos un poco de ella. Faltan escasos segundos para
que la media noche se funda con el nuevo día y lo que tenemos que hacer es
enmendar la plana. Tenemos una semana.
El tañer de la
campana anuncia esa hora en la que Blancanieves vuelve a la realidad de la
vida. Pronto llegará el príncipe y comeremos perdices. Buenas noches.
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