Hay que arriesgar para acertar
Mucho me temo que la
remodelación y reorganización del equipo de gobierno municipal de Burriana está
a la vuelta de la esquina y es que, un año después de la toma de posesión, tras
conocerse cada uno y su forma de trabajar, es necesario y obligatorio y si no
se produce, me da en la nariz que andaremos por mal camino.
Y digo esto ante la
falta de efectividad de un equipo de gobierno que no termina de tener unos
objetivos fijados en el futuro más o menos inmediato de esta ciudad llamada
Burriana y cuyo mal andar nos lleva de la “ceca a la meca” dando tumbos y sin
ambición y con falta de estímulos.
Es indudable que
aquellos polvos trajeron estos lodos y que el
excesivo respeto, por parte de la alcaldía, del acuerdo firmado cuyo
nombre no acabo de recordar, no está siendo eficaz para nuestra ciudad y que
ello requiere de un reajuste en el tamiz municipal para poner a cada cual en su
sitio y si el sitio es el tener que reajustar concejalías, hay que hacerlo en
bien de la ciudad.
Sé que las
condiciones y los vicios que se encontraron el nuevo equipo de gobierno, pese a
lo que dicen las voces del Partido Popular, no fueron muy buenas y lo que ellos
no fueron capaces de hacer en muchos años de dominio de sus huestes, piden que
sea ahora cuando se tengan que ejecutar de forma rápida y resolutoria cuando
gracias a sus gestiones, estamos viviendo una situación complicada pendiente
siempre de las sentencias judiciales que únicamente sirven para recortar algún
momento de bienestar que pueda vivir, en la actualidad, el Magnífic.
Tras lo visto y
vivido en este año y pocos días, el reajuste municipal se hace inevitable antes
que se convierta en inevitable el desbarajuste.
Y no me refiero, tras
lo anteriormente dicho, a la gestión llevada a cabo desde la alcaldía cuya
moderación requerida por el cargo, se hace patente entre los ciudadanos pero
con un gabinete de alcaldía inexistente y un gabinete de comunicación ineficaz,
el movimiento de sillas y responsabilidades se hace necesario con la finalidad
de mejorar el porvenir que se nos avecina.
No creo que se tarde
mucho en llevarse a cabo esa remodelación y cuanto más se tarde, más graves
consecuencias para nuestra ciudad y sus ciudadanos porque la ineficacia de
algunos concejales “dogmáticos” no hace más que entorpecer la buena gestión que
llevan otras concejalías y otr@s concejales que con diferente acierto trabajan
por su ciudad.
Y ahora, en pleno
verano, es el tiempo ideal para una operación de estas características y,
además, es el tiempo en que pasan más desapercibidas ciertas serpientes de
verano que se ven amortiguadas por el sol, la playa y también, este año, las Olimpiadas,
dado que ya nos han eliminado de la Eurocopa.
Pero todo ello
comportará que sea la primera y la última oportunidad que tenga el actual
equipo de gobierno para acertar en su gestión y nada mejor que las consultas,
dentro y fuera del consistorio, para dar en el clavo en la línea a trazar y
para ello no hay que tener miedo a perder la alcaldía, cuanto más miedo, más
falta de resolución en la decisión a tomar. Hay que arriesgar para acertar y
jugar a la lotería para que te toque.
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