Anónimas críticas llenas de cobardía
Hace algún tiempo,
con motivo de la elección de las reinas falleras de Burriana 2015, escribí un
artículo haciendo referencia a todos aquellos cobardes que escondiéndose detrás
de un estúpido seudónimo criticaban a ciertas personas, en aquel momento
candidatas a reinas falleras y ahora lo hacen hacia ciertas personas de otros
ámbitos políticos o sociales, lo digo con referencia a los candidatos
presentados a las primarias para la elección del candidato socialista para las
próximas elecciones municipales de Burriana, sin embargo lo hago extensible a
todos los aspectos sociales.
Desde que la
ejecutiva local eligió a María José Safont como candidata, aparecieron ciertos
chascarrillos que, siempre amparándose en el anonimato decía algo sobre ella.
Desde que Alfonso Ventura anunció su candidatura, los ataques a ambos se han
incrementado en los medios digitales y ello ha hecho, a la vez, que el tono de
los mismos vaya subiendo de tono e incluso se digan cosas ofensivas de ambos.
A mi, me importa bien
poco lo que digan, pero repito, siempre con nombres y apellidos, con valentía y
decisión para apoyar un posicionamiento u otro, pero quien escribe tiene una
identidad y si se es valiente para escribirlo, hay que ser valiente para
indicar quien lo dice.
Sin embargo, en esta
ocasión no les voy a echar la culpa a los cobardes que se esconden detrás de un
seudónimo, sino a los medios que los publican. Hace unos años los periódicos
escritos incluían estas secciones, sin embargo por un motivo u otro los han
eliminado, probablemente porque se habrán encontrado con sentencias judiciales
que les han condenado por publicar algo que no debían de alguien con palabras
soeces e insultos.
Hoy lo que vende,
gracias especialmente a la televisión basura, es el morbo, la polémica y el
escándalo y hasta que no saldrá alguien que a estos medios les meta en vereda,
no habrá nada que hacer y por si no se lo creen, lean los comentarios que se
publican en algunos periódicos digitales de gran lectura e intenten poner un
comentario, verán los datos que les solicitan para tener esa posibilidad y las condiciones
que exigen, al mismo tiempo que las responsabilidades recaen en el que escribe
y no en el medio. Aquí, con nuestros periódicos digitales ¿quién se hace
responsable? En principio nadie y al final ya veríamos a quien le
correspondería.
La crítica, bien
dicha y hecha, es constructiva, lo otro basura y ofensas; la discrepancia es
positiva y la uniformidad de criterio aburrida y “apesebradora”; la
competitividad nos lleva al progreso pero la crítica, la discrepancia o la
competitividad es algo innato al ser humano y cada uno de nosotros tiene un
nombre y apellidos para expresar su opinión, pero el anonimato nos lleva al
insulto y la cobardía.
Probablemente alguien
pensará aquello de que estos dos, María José y Alfonso son amigos y los
defiendo. Si y no, respectivamente. Defiendo su libertad para presentarse, sus
discrepancias y su competitividad, pero no defiendo, como no defendí en su día
a las candidatas a falleras por ser mis amigas, que no lo son, sino defiendo
que cada crítica lleve su nombre y sea capaz de responder de todo lo que dicen,
a pesar de que los últimos responsables de la publicación de toda la basura que
se escriba sean los propietarios de los diferentes medios de comunicación que
responden a ciertos criterios financieros que les sufragan.
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