A veces, defender lo indefendible es difícil

 A veces, defender algunos postulados, situaciones, actividades, etc. resulta muy difícil sobre la gestión de un equipo de gobierno, colectivo, entidad e incluso persona alguna.

Es difícil defender que Burriana esté limpia, es complicado aprobar una política de jardines, del estado de las calles, de la situación turística, de las actividades deportivas o culturales, de las reivindicaciones frente a otras administraciones por parte de un Ayuntamiento u otra entidad pública cuando ves que sus responsables carecen del suficiente interés por lo que representan y que, a veces, da la sensación de no estar preparados para ello.

Digo pues, que es difícil defender posicionamientos de estas personas, aunque los consideres amigos, porque, en cierta manera, es faltar a la verdad, a la realidad y, en caso contrario, hay que ir al oculista.

Ya hace años que vengo recomendando a cuantos se presentan a cargos públicos o entidades representativas que tienen capacidad de gestión, decisión e influencia en una comunidad, sea cual sea, que lean el libro que explica la teoría del principio de Peter, que no es otra que la de saber cuándo una persona es ineficaz para los intereses que representa o para su propia persona y, además, no es capaz de darse cuenta de cuando empieza a hacer el ridículo a todas luces demostrando su grado de ineficacia.

Pero este libro lo recomiendo a todos, a quienes nos gobiernan y a cuantos tenemos en la oposición, porque vaya, también, con la oposición que nos ha tocado. Sin propuestas, sin iniciativas, sólo saben hablar de los sueldos y sin aportar nada nuevo para el bien de nuestra ciudad.

En fin, eso que metido en estos finales de agosto y a días del nuevo curso escolar, del nuevo curso político, del nuevo curso empresarial y del nuevo curso de todo aquello que tú quieras, piso este charco que escribo una mañana de sábado pensando que siempre nos queda la letra de la canción famoseada por Julio Iglesias que nos decía que “la vida sigue igual”.