Tarancón, en la memoria olvidada de Burriana
Dicen que la historia es injusta y que muchos
de los personajes que en ella han aparecido no han tenido el reconocimiento que
se merecen por parte de una cantidad de personas y especialmente por parte de
sus conciudadanos más allegados, es decir sus paisanos, los habitantes de su
pueblo o de su provincia ya no me extiendo más a la Comunitat o al Estado que
es mucho más impersonal.
La pasada semana asistí, nuevamente, a la
presentación de un libro sobre el Cardenal Vicente Enrique y Tarancón y si,
allí se habló de su persona, de su importante legado y de su pensamiento
transmitido a través de su fe, de sus creencias, de sus convicciones y también,
por que no, a través de sus dudas.
Algunos de los ponentes hablaron del aspecto
religioso, de lo avanzado del personaje a su tiempo, de los cambios que está
viviendo actualmente la iglesia y de los que, seguramente, el cardenal de Burriana
se encontraría muy satisfecho; se habló por parte de los redactores y del editor
del libro que anécdotas sobre la vida de tan insigne personaje y a todos nos
retrajeron un pasado que ya es memoria individual y colectiva de los que allí
presentes escuchamos con atención y curiosidad.
Y llegó el final, el momento en que nuestra
primera autoridad cerró el acto dirigiéndose a los oyentes y nos habló del
concepto que tenían del cardenal Rodolfo Martín Villa, el propio Rey Juan Carlos
y otras personalidades que compartieron con el alcalde su periplo por la
capital de España en su tiempo de diputado nacional, doce años, y que supuso
que Burriana estuviera representada en el Parlamento nacional, por que de lo
demás nada, “de forment ni un grà”.
De otras cosas que interesaban, ni una
palabra; del legado del cardenal, nada de nada; del Museo Tarancón ni un
comentario y de temas importantes sobre el futuro de todo aquello que dejó, “res
de res. Habló del centenario de su nacimiento y de la escasa repercusión que
tuvo una propuesta en el Parlamento y que se dejó entrever el escaso interés
que algunos de dentro o de fuera de la iglesia tuvieron para con su persona,
pero no indicó a quien no le interesaba, a la iglesia de Rouco? A su propio
partido o a otros partidos? Aunque sin lugar a dudas, llego, servidor, a la
conclusión que, con toda probabilidad la culpa fue de Zapatero, en ese momento
presidente del gobierno.
Algunos de los presentes, entre los cuales se
encontraba algún responsable depositario de su legado, se mordería las uñas o
le caería la cara de vergüenza al escuchar lo que se decía en el salón de
plenos de nuestro Magnífic, en la última parte del acto. Algunos de a quienes
ya nos falla algo la memoria sin llegar al olvido total nos han venido a la mente
las decenas de fotos hechas en torno a la figura de Tarancón a quien Burriana
le ha dedicado una avenida, tiene una escultura en la misma y nada más, cuando
lo que estoy seguro que preferiría que se creara un aula de pensamiento, de
estudio y de análisis de la sociedad que vivimos día a día y cuyos escritos
pueden aportar algo de luz a un olvido que va más allá de un centenario, de una
escultura o avenida.
Algunos de sus contemporáneos en un tiempo
determinado, la transición, tienen un espacio dedicado a su memoria como por
ejemplo Adolfo Suarez, el cual en su localidad natal, Cebreros (Avila) 3.412
habitantes, tiene un museo en el que se destaca su personalidad y lo que ha
aportado a la sociedad contemporánea http://museoadolfosuarezylatransicion.blogspot.com.es/ igual que en Burriana (Castellón) 35.598 habitantes (no pongo la web o el blog
del cardenal porque no lo hay).
En fin, una más, nos llenamos la boca de
palabras, pero a los de nuestro Magnífic, les faltan los hechos y como se dice
en alguna parte del pensamiento del cardenal “por los hechos los conoceréis”.
Y para
que se vea que no es la primera vez que hablo sobre el cardenal y su legado,
adjunto link:
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