A oscuras por Burriana
Era un pueblo
con mar, una noche después de cenar que salí a la calle y pensé, ¿ya han puesto
los adornos de Navidad!, pero no, resulta que ese día, por la mañana, había
visto unos operarios de una empresa eléctrica que estaban trabajando en
diferentes farolas sin percatarme de los que estaban haciendo y por la tarde
cuando entre en casa era de día y cuando salí, pasadas las diez vi el
esperpento que habían organizado en el Pla de Burriana, un Pla, casi a oscuras
que daba un poco de miedo salir a la calle.
Me entraron
ganas de volver a casa y coger el turbante que me regalaron y que lleva una lámpara
y que se usa para hacer espeleología, al menos hasta ahora, porque a partir de
ahora habrá que llevarlo puesto para salir a tirar la basura, al menos en algunas
calles y plazas de nuestra ciudad.
Salí del
ascensor y me quedé perplejo, con unas luces grises y muy débiles y pensé
aquello de han puesto las luces de Navidad y han apagado el alumbrado público,
pero no, era el alumbrado público el que estaba encendido y medio Pla,
literalmente, a oscuras. Hay que ver donde hemos llegado con esto de la crisis.
Tras este
primer susto tomé la calle en dirección al coche y mi sorpresa fue creciendo,
la escasez de luz del tramo entre la calle la Tanda y el antiguo ciclista, era
el día más claro comparado con la zona del Club Ortega y la Caja Rural en las
que había que circular con candil, no para no tropezar con nadie, que nadie
había en la calle, sino para poder caminar con seguridad que menos mal que
había algún que otro coche de la policía local y de la Guardia Civil, que si no,
no me atrevo a salir.
Fue entonces
cuando recordé que hace unos días se publicó una foto y al lado una noticia, de
que se iban a ahorrar no se cuantos miles de euros en el consumo de energía
eléctrica con el cambio de las bombillas de la ciudad y es que para hacer eso,
lo mejor era apagar las luces y el ahorro sería aún mayor y es que para ese
viaje no hacían falta tantas alforjas y los experimentos hay que hacerlos con
gaseosa.
En unos
momentos en los que estamos en los que la Navidad se acerca y la gente salimos
a pasear, a comprar regalos, invisibles o presentes, en que los comercios se
afanan por vender y aprovechar el tirón de la época, que hagan semejante
chapuza, es como para decir que no, que no es eso lo que le hace falta a
Burriana, que hay que tener más visión de futuro y no ser visionarios; que hay
que estar a pie de calle para ver y conocer los problemas de los ciudadanos, de
los comerciantes, de los deportistas y de todos aquellos que necesitan muchas
cosas y de entre ellas, algunos necesitan cariño y nuestra ciudad es cariño lo
que necesita, cariño de alguien que la quiera bien y que la mime, aunque sea un
poquito, para que tenga futuro.
Hoy, no veré
esas lucecitas de belén que han puesto en el Pla, aunque procuraré estar informado, pero mañana jueves que si las
veré, me gustaría no tener que utilizar el lámpara minera para ir por la calle.
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