Apagón para salvar al planeta.

Me rio yo de esas medidas que sólo tienen como finalidad mirar hacia la galería y no es porque esté en contra, sino todo lo contrario, estoy muy a favor de esta y de otras muchas medidas que posibiliten salvar un planeta insalvable, a pesar de lo buenos gestos y la mucha palabrería que quienes nos dirigen o dirigen muchas organizaciones o estados lanzan al viento para que nos concienciemos, incluso los ya concienciados.

El movimiento se demuestra caminando, me enseñaron en su momento y para ello no hace falta hacer grandes soflamas sobre el medio ambiente, sobre la naturaleza, sobre la protección de los animales o de las personas que son, al fin y al cabo, a los primeros que hay que proteger.

De que nos sirve que intenten concienciarnos sobre el cuidado al medio ambiente si las partidas para evitar incendios, mejorar la contaminación del aire, el reciclaje y otras muchas encaminadas a ello se reducen de forma considerable por parte de los ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos, estados o confederaciones de estados se reducen considerablemente mientras se mantiene las de defensa y otras varias que nada tienen que ver con ello.

De que nos sirve que apaguemos la luz de algunos edificios si a estas alturas aún mantienen en marcha las calefacciones de algunos edificios públicos; de que sirve que todo esto si quienes tienen que dar ejemplo no lo dan y no hacen lo que debieran. De muy poco.

En fin este planeta deberíamos de salvarlo, lo malo es que a este planeta, como se dice popularmente, no lo salva ni Dios y no nos damos cuenta que con ello sucumbimos todos, quienes nos gobiernan y quienes somos gobernados y que antes de salvar al planeta deberíamos salvarnos nosotros, los humanos y mientras no nos demos cuenta de ello, nadie nos salvará, como a los dinosaurios.