Señor alcalde, para ese viaje no hacían falta tantas alforjas.
Voy al teatro a ver una obra que no sé el nombre. Se levanta el telón. Aparece una imagen de la corporación municipal de Burriana que tomó posesión del cargo el pasado diecisiete de junio y mi acompañante en el primer instante de la representación me pregunta ¿Qué nombre le pondrías a esta obra teatral?
Dudo
unos segundos y tras la breve pausa contesto, “Esperpento burrianero” y es que
la verdad, vista la marcha de las negociaciones llevadas a cabo antes de la
toma de posesión, lo ocurrido el día de la toma de posesión y lo recorrido desde aquel momento hasta el
actual es un esperpento total en versión burrianera.
La
primera de las acepciones de esperpento, según la RAE, indica lo siguiente: “Persona,
cosa o situación grotescas o estrafalarias”. La segunda de ellas hace
referencia a tan insigne escritor que lo fue en su día Ramón María del Valle-Inclán y dice así: “Concepción literaria creada por Ramón María del
Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos
grotescos”.
Cójanlo
por donde quieran, porque visto lo visto, lo que han demostrado hasta la fecha,
especialmente en el Partido Popular de Burriana, ha sido un esperpento total.
Lo fue
cuando designaron a un candidato impuesto, nuevamente por Castellón. Lo fue
cuando confeccionaron la lista electoral en la que a nadie se tuvo en cuenta de cuantos hubo anteriormente y ante
la presión externa de dejar confeccionar una lista con personal preparado para
tales menesteres. Lo fue en plena campaña electoral en la que no participó
nadie que estuviera ligado al anterior portavoz municipal.
Lo fue
cuando se dejaron pasar muchas jornadas sin entablar conversaciones con quienes
ya sabían que tenían que pactar, según indicaciones de la directiva regional. Y
sobre todo lo fue en el pleno de toma de posesión en el que el portavoz de Vox
lanzó sobre el candidato popular toda una serie de improperios que era, más
bien, para levantarse y echar a correr.
Y,
sobre todo, lo ha sido cuando pasadas dos semanas de la toma de posesión, de
repente, anuncian un acuerdo con la tercera fuerza municipal, en la que le
regalan todas las delegaciones que, en principio, fueron el motivo de
desencuentro de las breves conversaciones previas al día de la toma de
posesión.
Por si
no había suficiente a las delegaciones de Urbanismo y policía, le añaden la de
cultura. Casi “nà”. Sólo les faltaba que les entregaran la de hacienda para que
controlen los dineros municipales. Anda que no están contentos los concejales
actuales y muchos militantes del Partido Popular con nuestro nuevo y flamante
alcalde. Y, además, gran cantidad de votantes de la que sus socios denominaron "derechita cobarde"
Para
ese viaje no hacían falta tantas alforjas, dice un refrán popular para explicar
una situación determinada. Pero yo me pregunto ¿hacían falta tantas alforjas?
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