Suciedad marinera

Desde siempre hemos oído decir aquello de que “no es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia”, aunque esta máxima no la debe conocer mucha gente que no hace más que ensuciar allá por donde pasa o, como el caballo de Atila, que no hacen más que dejar huellas de suciedad por doquier.

Y esto viene a cuento de muchas cosas, circunstancias y hechos, siendo estos últimos, los más notables y destacados, máxime por el rastro que dejan los autores de tales “fechorías”.
No me voy a referir a las defecaciones que dejan “los propietarios de los animales” en las aceras de muchas entradas y salidas, circunvalaciones o calles cualesquiera de la ciudad. Como estamos en verano me voy a referir a las zonas marítimas y, especialmente, en aquellos lugares en los que se sitúan algunos, presuntos, pescadores cuyo único objetivo, parece ser, dejarse “la mierda” de todo lo que consumen en el mismo lugar en que abren sus hamacas para refrescarse del calor veraniego.

Sin ir más lejos, el pasado sábado, más o menos frente a mi casa unas personas, por no decir unos marranos, disfrutaron de la noche mediterránea lanzando sus cañas al mar y bebiendo diferentes refrescos combinados con un licor, supuestamente alemán, cuyo nombre no sé escribir por su dificultad y de refrescos y agua.

No hablé con ellos pero sé lo que bebieron, envases de cristal incluidos, porque a la mañana siguiente tuve que recogerlos para que ningún vehículo los pisara y pudiera sufrir algún percance. Junto a las botellas, había también de plástico, bolsas de comida y algún que otro “Tuper” que tiré al contenedor que está a unos diez metros de donde dejaron su “marrano” rastro de la noche.

No contento con lo de la noche del veinticuatro, a la noche siguiente, otro grupito hizo lo mismo y, si bien, no dejaron cascos de botellas de cristal si que se olvidaron de los paquetes vacíos de las “guarraditas” que comieron, del arroz tres delicias que les sobró y de otros menesteres que he recogido esta mañana.

Yo me pregunto que tipo de control se podría hacer sobre estos que tanto ensucian y que les importa, un pimiento morrón, como dejen el espacio que han ocupado durante unas horas. Policía ecológica o más educación; ¿Qué control se puede establecer sobre estas cosas?


En fin, esto que ocurre no se produce, únicamente frente a mi casa; el muro está lleno de cosas; en la escollera, de poniente y de levante se puede encontrar de todo y luego, no hacemos más que quejarnos y si decimos algo es que no entendemos a estos supuestos usuarios y, además, puedes correr el mismo peligro que corrió ese señor que hace unos días le llamó la atención a una persona que orinaba en la vía pública. Por cierto que D.E.P.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jenaro y no Genaro

Burriana no puede perder tantos trenes

Sr. Alcalde de Burriana – Borriana, això no es res per al mal que el Sr. Albiol farà a la cultura del seu poble.