Si te he visto no me acuerdo
Leo uno de esos
artículos que pululan por las redes de esos redentores que se han “Jartado” de
hacerse fotos con gente famosa o, al menos, conocida y que reniegan de haber
sido sus amigos, servidores, asalariados o valedores en algunos momentos de la
vida de quien ahora se encuentra o está a punto de entrar en el “trullo”, creo
que se llama así, en lenguaje populista a una de esas cárceles que se están
llenando de personajes públicos día a día y ello, lo del artículo referido al
inicio de este punto, me cabrea un poco.
Y digo esto, porque
hay muchos que están rompiendo esas fotos que otrora se hacían con políticos,
empresarios de éxito, cantantes, y un largo etc. de personas de la farándula
que ahora se encuentran llenando páginas de periódicos en la sección de tribunales.
No voy a decir nombres de articulistas, ni de conocidos y famosos, pero lo que
está ocurriendo, no es más que la vida misma.
Hay muchos “pequeños
nicolases” que han buscado la fotografía con el personaje en momentos de auge y
que ahora, en horas bajas, ni lo han visto, ni lo conocen y eso que está el
reportaje gráfico realizado en esos momentos en los que el poder y la fama les
encumbraban por unos u otros motivos.
Me disgustan las
palabras de esos plumíferos que cambian de parecer por interés personal y no
por convencimiento; me disgusta la falsedad de las personas que encumbran a un
personaje cuando está encima del escenario y se olvidan de él cuando se ha
bajado o lo han bajado; no me gusta la falsedad, aunque de ello no daré
lecciones a nadie, pero no me gusta.
En cambio me gustan
aquellos que habiéndose sentido amigos de esos que han caído en horas bajas,
los defienden, como amigos hasta la saciedad, aunque reconozcan que se ha
equivocado y mantengan con ellos la relación; como por ejemplo el respaldo que
termina de dar esa actriz, que siempre quiso ser artista y que hace mucho años
que lo consiguió, Concha Velasco que públicamente en televisión termina de
declararse amiga de Isabel Pantoja, a pesar de reconocer que se equivocó y le
manda un beso y ánimos, para que supere lo que está pasando, hasta la cárcel en
la que se encuentra. Eso son personalidades y no las de quienes hacen leña de
los árboles caídos.
Hay muchos que ya han
roto sus fotos con esos personajes a los que han adulado más que admirado; han
escondido en lo más fondo del baúl de los recuerdos esas imágenes en que
aparecían al lado de tal o cuál señor/a que ahora está en otro sitio diferente
del que se encontraban en el momento del retrato y es que las instantáneas de
la vida nos reflejan nuestros entusiasmos, admiraciones y sensaciones y eso si,
siempre, para bien o para mal.
En fin, eso, que
todos tenemos nuestro pasado, con o sin imágenes y todos tenemos nuestro
curriculum vital hecho a pesar de que escondamos o lancemos las fotografías a
la trituradora de papel.
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