Suerte con el futuro. Su éxito será también el nuestro

Me cabrea que quienes piden respeto sea a quienes más les falte esa virtud. Y es que esto viene a colación de los que esos que vivimos en este país llamado España a quienes nos la “repantiflan” muchas cosas, no tengamos respeto por nada ni por nadie y quienes más debieran manifestar el respeto por las personas y las instituciones, son a quienes más les escasea el respeto, incluso para las propias leyes que nos rigen, nos gobiernan y que son de supuesto cumplimiento.

Servidor, como todos, tiene sus creencias, aficiones, convicciones y otros muchos defectos que me acompañan en el día a día, pero me considero respetuoso con la situación y con quienes me ha tocado compartir mi existencia y estoy de acuerdo con lo que me rige, a pesar de estar en descuerdo con muchas de las cosas que pasan, con muchos de los que nos dirigen y con algunas de las normas que dictan, pero las acato, no sé si por imperativo legal o porque temo que me pongan una denuncia de esas que tumban, pero al fin y al cabo intento ser respetuoso.

Pero lo que le pasa a este país es que es una m…….. y es que además de seis pecados capitales hay uno séptimo, la envidia, que es el primero que nos envenena el alma, los sentidos y el día a día nos sume en un complejo de inferioridad que no se donde nos va a llevar y de seguir así a algún lugar nada agradable.
Leo en facebook en la cuenta de un concejal de Castellón que, voluntariamente radia su vida, una serie de manifestaciones sobre les instituciones y sus representantes y me cabreo. Veo una de esas dos cadenas que le han hecho la campaña  al pobrecito “jefe” de Podemos y me cabrean las declaraciones de algunos de esos contertulios más preocupados por promocionarse internamente en sus respectivas formaciones que en solucionar los problemas de la gente de un país que se lo está pasando muy mal y lo único que nos están enseñando, por si faltaba algo más, era a no respetar las instituciones y el democrático sistema que nos hemos dado.

Aparecen ahora, como setas, mucha gente que ha estado agazapada tras un sueldo y que ahora aboga por un cambio en el sistema de gobierno del Estado, es aquello de “monarquía o república”; aparecen con sus banderas, sus himnos, su amargura y su ineficacia demostrada a lo largo de muchos años o ¿es que esos acaban de aparecer en el panorama político?, miren sus rostros y verán cuanto tiempo llevan en la política y cuál es su oportunismo.
Por si alguien no lo sabía, el Rey Juan Carlos I ha abdicado, y el próximo jueves coronan al nuevo Jefe del Estado que reinará con el nombre de Felipe VI y mientras que hemos presenciado como holandeses, belgas y ciudadanos de otros países que han cambiado de rey han asistido con orgullo a los actos de coronación, aquí tenemos un complejo que nos encoje el alma y nos derrite las ideas hasta llevarlas a la nada.

Más de una vez he manifestado que no me gustan las banderas, ni los himnos, ni los estandartes que lleven a la separación entre las personas. Pocas veces se me ha visto manifestarme a favor de unas opciones u otras, pero en estos momentos, no se si por los años o por cuestión de metabolismo me apetece, el próximo jueves, colgar una bandera española en algún sitio, pero no contra nadie, sino a favor de algo.
Y ese algo podría ser el sentirme orgulloso de un país formado por personas sin rencor y sin envidias, con ganas de arrimar el hombro para que quienes lo pasan mal encuentren un poco de alivio; con espíritu positivo y con ambición de sacar hacia adelante esos proyectos que pueden unirnos y que siempre hay quien aprovecha los momentos de debilidad para echar leña al fuego y que esto arda. Y no sé  por qué, hay muchos que están echando leña al fuego, sin darse cuenta que ellos también se pueden quemar.

Tras lo dicho y con lo que se aproxima, sólo me resta desearle al futuro Rey muchos aciertos en su gestión, su éxito será también el nuestro.


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