A veces, pienso.


No es lo mismo. A veces, pienso que a veces pienso. Y es que a veces pienso que sin hablar de las cosas que ocurren a mi alrededor o sin escribir lo que en ese mismo espacio ocurre estoy mejor; no me meto en ningún charco y, además mi bilirrubina se encuentra más estable y no me produce ninguna turbulencia interior que tenga necesidad de manifestarse en el exterior.

De vez en cuando, no siempre, pienso que sin la voz y la escritura crítica este mundo sería  muy monótono, todos vestiríamos igual, no nos aburriríamos, veríamos la misma cadena de televisión, seríamos del mismo equipo o leeríamos el mismo libro. Es un poco como en los regímenes totalitarios que los estudiantes llevan el mismo uniforme, habría un pensamiento único y todos tendríamos lo mismo. En definitiva, un auténtico aburrimiento.

Sin embargo, si que pienso que lo que no debe faltar en la discrepancia es la educación y si nos atenemos a lo que ocurre en los plenos del Ayuntamiento burrianense podremos comprobar cómo esto, la educación, es algo que, en muchas ocasiones, demasiadas, falta.

En los dos plenos extraordinarios, convocados en ocho días, se ha podido comprobar pero la situación provocada no es más que el reflejo de varias cosas, primero el escaso interés en el, valga la redundancia, interés general de la población y otra la escasa valía de quienes, en demasiadas ocasiones, toman la palabra sin saber que decir más que la defensa de intereses particulares encubierto bajo un halo de, presunto, interés general.

En el primero de estos dos plenos, el convocado con motivo de Golf Sant Gregori, apenas finalizada la sesión se pudo ver a una concejala bajar las escaleras rauda y presta buscando un clínex, antes pañuelo, para secarse las gotas que manaban de sus ojos después de haber recibido duras críticas personales sobre la defensa de ciertos intereses, presuntamente particulares.

Muchos no se dieron cuenta, pero algunos sí que lo vimos, como también vimos el interés de unas palabras lanzadas como dardos envenenados y escuchamos el silencio de unos cobardes que no se atrevieron a defender un proyecto y es que, a veces, comprendemos la inutilidad de algún que otro grupo municipal y la ineficacia de sus acciones con este o con otro grupo y es que, a veces, la abstención es muy sospechosa.

En el segundo de los plenos vimos el más puro estilo electoralista de alguien que está en campaña desde hace mucho tiempo y el de otros que les falta un hervor para defender con ahínco y firmeza algunos postulados.

Pues eso. A veces pienso no es lo mismo que a veces, pienso.

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