De un tiempo de alguien a otro tiempo difícil
Hace algún tiempo
escribía este artículo:
http://joanllidomeseguer.blogspot.com.es/2016/02/es-un-tiempo-sanchez.html en el que indicaba que su tiempo era ese y que, para Pedro Sánchez, era su momento, la oportunidad de llegar a cumplir sus deseos algo, por cierto, muy lícito y lógico dentro del mundo de la política.
http://joanllidomeseguer.blogspot.com.es/2016/02/es-un-tiempo-sanchez.html en el que indicaba que su tiempo era ese y que, para Pedro Sánchez, era su momento, la oportunidad de llegar a cumplir sus deseos algo, por cierto, muy lícito y lógico dentro del mundo de la política.
Sin embargo, tras
unas elecciones con peores resultados que en ese momento que era el suyo, llegó
el show socialista tras unas actitudes, de quien ya no era su tiempo,
incomprensibles para muchos mortales que, de vez en cuando, más o menos, leemos
la información que generan quienes nos gobiernan, para bien o para mal.
Si aquel era su
momento, este ya no lo es y lo mejor que podría hacer para su partido y para la
política española en general es que no intentara sembrar más discusiones y
divisiones en su partido que es, a la vez, la alternativa lógica a quien nos
gobierna en este momento.
Tras el artículo
referido escribí otro: http://joanllidomeseguer.blogspot.com.es/2016/04/del-tiempo-sanchez-al-tiempo-de-nadie.html en el que decía lo que en su momento pensaba.
Y tras él nuevamente
me introduje en esos vericuetos de la situación socialista y http://joanllidomeseguer.blogspot.com.es/2016/10/caliente-caliente.html y este fue el resultado.
Ahora con el tiempo
que nos queda por delante y por venir reflexiono sobre lo mismo y no encuentro
una salida clara a esta situación tan compleja como la que tiene este
centenario partido en el que los personalismos de unos puede llevarle, al
partido, a un futuro incierto y a una complicada situación con una aún más
complicada solución.
Si el tiempo Sánchez
fue el que fue, probablemente, ahora sea el tiempo de otros, no sé de quien,
pero el de Pedro no. Su hora ha pasado y, ahora, sólo puede darle rienda a su “ego”,
sus aspiraciones personales sobre los intereses generales de partido y de
estado y, tal vez, su único objetivo sea hacerle daño a alguien. Sin duda
alguna el más perjudicado sea él.
Querido Pedro, como
dice la canción que popularizó Julio Iglesias “ las obras quedan los demás se
van” y tú, casi con certeza, te irás con el rabo entre las piernas y haciendo
daño a mucha gente. Por cierto en las librerías, todavía, quedan ejemplares del
libro “El principio de Peter”. Si lo encuentras agotado, te puedo dejar mi
ejemplar.
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