Descanso crítico

Si, ya lo sé Rosa, me dices que hace días que no escribo nada y es que como no me gusta lo que se hace en este, “tu pueblo y el mío”, no quiero hablar mucho de ello o mejor dicho, de él, para no atosigarme ni entristecerme por la falta de proyecto global de quienes nos gobiernan y por la falta de sentido común de una oposición que no sabe donde está y tampoco, me da la impresión, le importa saberlo.

Podría hablar de las lucecitas de la navidad o del Mercat de la Mar, o del Arenal Sound o del Arenal a secas o de la Serratella, de Sant Gregori que espero que sus posibles inversores no sean una nueva versión de los “malayos” de hace unos años, aunque la diferencia de su mediador es muy diferente de la de aquellos. En fin, eso, que podría hablar de muchas cosas y poco me apetece hablar de nada de ello, porque luego dicen que siempre hablo de lo que no hacen o de lo que considero que no hacen bien.

Voy a comentarte que hace unos días paseando por los alrededores de mi población de nacimiento, Artana, me acerqué hasta el calvario, lugar emblemático para los originarios de la población y, como no, incluido también yo, cuando al mirar hacia la costera, montaña en la que se encuentra enclavada parte de la población, el calvario y el castillo y mirar al espacio existente entre estos dos últimos espacios, castillo y calvario, y verlo como se encontraba, me vinieron a la mente escenas de mi infancia y con cuya visión llegué a la conclusión de que en algún momento de mi vida había sido útil para la conservación del ecosistema.

Me explico. Cada año durante la “Pasqua de Sant Vicent” Artana celebra las fiestas en honor del Cristo del Calvario y es tradición que quienes vivimos fuera de la población acudamos durante la tarde-noche del lunes a la tradicional “Pujà de la peana” en la que se devuelve la imagen del Cristo desde la iglesia hasta su calvario para que al año siguiente se rememore, nuevamente, esta tradición centenaria. Digo pues que durante esa noche y allá cuando yo era mozalbete cuando subíamos la imagen tras llegar a su capilla nos dedicábamos a quema “les boges”, que no eran otra cosa que las plantas secas que nacieron el año anterior y que requerían una regeneración a la cual ayudábamos nosotros quemándolas para con el fuego, purificador o no, resurgieran con más fuerza al año siguiente.

Desde hace ya unos cuantos años entre las prohibiciones de hacer nada en el monte, la superprotección a los niños y otras cosas varias se impidió que se continuara con esta acción que, he llegado a la conclusión que no tenía más que una función, sin saberlo, de protección de la naturaleza y de la propia población. Ese día me sentí que en algún momento de mi vida formaba parte de la cadena medioambiental que tanto pregonan aquellos que tanto prohíben hacer algo válido con la naturaleza y el medio ambiente. Porque protegerla no es, únicamente, no poder hacer nada en ella.

Llegué a la conclusión, mejor dicho llegue nuevamente a la conclusión, que si pastaran los ganados de ovejas, cabras o toros que otrora había por estos mismos espacios no se producirían los incendios que ocurren y si en vez de denunciar a quien tiene un ganado de estas especies, les protegiéramos y se posibilitara que limpiaran el sotobosque, se reduciría la superpoblación de esos pinos invasores que están acabando con el pino autóctono de nuestras montañas que tanto abundaban tiempo atrás y su limpieza y conservación sería más provechosa para todos, incluida la propia naturaleza.


Eso pues, en otro momento hablaré de la Navidad, las lucecitas, el turrón y las burbujitas del cava que seguramente poblarán la mayor parte de las mesas de todos nosotros.

Comentarios

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  2. Estimat conegut. Compartisc amb tu bona part de l'article. Cal un projecte vàlid per a la nostra ciutat i una oposició que aporte idees vàlides i no copiem la política de desqualificacions que tan pobrament omplin diaris i telenotícies. Justament hui fa tres anys evocava en el fb els grans filòsofs que van aportar 'racionalisme' en els seus arguments de cara a la conducta humana i que hi he compartit de nou. L'únic que et pot aportar la crítica és que acaben mirant-te malament... Jo també recorde, i ho tinc recollit en un dels meus blogs, els anys d'infantesa viscuts a Artana... Sí, contribuíem a l'ecologisme. Però no cremàvem les 'boges', pobretes, sinó les 'botges', o siga, les herbes, fóra timonet o abellatge, que hi creixien cada any. I els majorals no pujaven la imatge del sant crist en la peana, sinó en la peanya. Són detalls... Bon article. El descans va bé a tots. També li hauria anat bé al sant crist baixar de la creu i descansar de festa en festa, pobre...

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