¡A las doce en casa! es por nuestro bien.

 

Años ha…….. cuando uno empezaba a salir y empezaba a sentirse hormigueos en el estómago y en otros sitios, cuando queríamos aparentar y ser; cuando no existían los jueves universitarios, ni el móvil, ni las redes sociales, es decir, cuando servidor era jovencito teníamos unos roles que, cual cíclico episodio, me ha venido al pensamiento estos días en los que todo parece indicar que vamos a tener que cambiar de hábitos o al menos mucha gente y especialmente los jóvenes y volver a posicionamientos anteriores.

Recuerdo que los fines de semana teníamos triple sesión de “disco”, la del sábado por la tarde, la del sábado por la noche y la del domingo por la tarde. La del sábado por la tarde y la del domingo era la de “a las nueve en casa” y la del sábado por la noche era la de “a las doce en casa”.

Salvo que las advertencias eran más severas para las chicas que para los chicos, el horario era el mismo. Una cosa como ahora, con este horario nuevo que acabamos de estrenar, no el del cambio de la hora, sino el del toque de queda que nos van a imponer y que está hecho con el objetivo de preservarnos de males peores.

Este “toque” me ha traído al pensamiento aquello de “ a las doce en casa” después de que tras muchos años de aquello se habían cambiado los patrones de ocio y divertimento, siendo a las doce el momento en que casi se salía de casa.

¿A ahora qué? Pues nada, eso, a cambiar de patrones de divertimento y a volver a lo de “a las doce en casa” con una diferencia esencial entre aquello y esto y es que ”entonces” nos podíamos llevar una reprimenda de nuestros padres, pero es que ahora la multa que nos puede caer sería gorda.

¿Qué hacer ante esta nueva situación? Sin duda alguna las mismas dosis que otrora. Un poco de paciencia, mucha resignación y a esperar nuevos tiempos o, como entonces, esperar a hacerte más mayor, aunque sin lugar a dudas cuando esto termine todos seremos más mayores.

Aquello se hacía por nuestro bien. Para que no nos perdiéramos por la noche que era la originaria, aparentemente, de muchos, por no decir de todos los males existentes. Hoy en día también se hace por nuestro bien pero con otros planteamientos, los sanitarios.

Empezamos, pues, una nueva etapa a la que nos tenemos que amoldar, no a la del cambio de la hora, que también, sino a la de “a las doce en casa”, eso siendo benévolos porque a lo mejor igual nos toca estar una hora antes. Pero conciénciate, es por nuestro bien y aquí no hay ironía.

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