Menos verborrea y más honestidad para con nuestra ciudad.
Nada hay peor para una población que sus representantes municipales
jueguen a políticos de altos vuelos y que todas sus actuaciones estén
encaminadas a lo mismo, conseguir el poder a cualquier precio, sin importarles
los más mínimo el beneficio y el amejoramiento de aquellos ciudadanos que
forman parte de ese colectivo local que se llama municipio y, en este caso
particular, no es otro que Burriana.
Desde hace muchos lustros, algunos munícipes de nuestro
Magnífic y, especialmente del grupo popular, han jugado a políticos de altos
vuelos con el objetivo final de medrar políticamente y, aunque, algunos lo han
conseguido siendo diputados o parlamentarios con un gran beneficio, única y
exclusivamente, personal, para nada han demostrado, o están demostrando, su efectividad
a nivel local.
Ahora, vuelve a pasar lo mismo, ante la moda del repudio del
Congreso y el Senado de algún que otro ministro, en esta o la anterior
legislatura, nuestros munícipes del tripartito opositor han presentado una
propuesta al próximo pleno municipal para repudiar a uno de los concejales del
tripartito gobernante y es que, ante el ruido de sillas, hay que aprovechar
cualquier circunstancia para, tras lo ocurrido en Andalucía con la derecha, no
perder butacones consistoriales o conseguir el encabezamiento de alguna que
otra lista que no sea la actual.
Luego, viene lo que viene. Se demuestra, o no, la inocencia
del personaje en cuestión pero ante la duda el daño ya está hecho, quienes
ponen la recusación se sale de rositas y al damnificado ¿Quién le restituye?
Ejemplos estamos viendo muchos.
Más de una vez he dicho que el Partido Popular y el resto de
la oposición de Burriana, no han llevado a cabo una oposición que favoreciera
los intereses de la ciudad, al menos en esta última legislatura. Han puesto
trabas a todo, incluido Golf Sant Gregori y eso que este último mes han querido
dar la imagen de que han sido ellos quienes han salvado el proyecto y el equipo
de gobierno quien actúa de forma lenta. “Vergonya cavallers, vergonya”.
No seré yo quien defienda al concejal Vicent Aparici de las
acusaciones que sobre él se vierten, pero me huelo que, tras el intento de
recusación hay demasiados intereses políticos y que fue una pena que la
oposición no saliera tan rápida a defender al mismo concejal cuando un
ciudadano lo amenazó con una piedra en su despacho. De todas maneras esto no es
más que la punta del iceberg del lenguaje vulgar y barriobajero que la
oposición utiliza en los plenos con los que cada mes nos brindan a quienes por
una vía u otra seguimos la actividad municipal. Y, además, aún veremos muchas
cosas más. Todo hasta conseguir el objetivo final.
Me duele lo que está pasando en nuestro Magnífic. Y es que si
fuera por recusaciones habría muchos concejales, con mando en anteriores
legislaturas, que hubieran estado recusados por muchas cosas que no voy a citar
y, alguno de ellos, está sentado en el hemiciclo municipal.
Miren si se montó el “cristo” que no hay ni parte policial,
ni la oposición ha pedido ningún informe de nada, ni han hablado con el
interesado, ni a la alcaldesa ni a nadie. Únicamente les ha movido el interés
político sin darse cuenta que cualquier concejal del Ayuntamiento de Burriana
“es poc menos que una m…. baix d’un plat”. No sé qué es lo que se creen algunos
Eso pues, que menos verborrea y más honestidad para con
nuestra ciudad.
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